Tegucigalpa. – Así lo confirmaba la familia del pastor general de la Iglesia Centro Evangelístico Asambleas de Dios (CEAD), Miguel Montoya quien sus 46 años, falleció en el Instituto Nacional Cardiopulmonar (INCP), anteriormente Hospital Nacional del Tórax de Tegucigalpa tras perder la batalla contra el nuevo coronavirus.
El expresidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras (CEH), pastor Alberto Solórzano fue quien confirmó la noticia la mañana de este lunes en sus cuentas de redes sociales. Y es que desde hace unos 15 días el Pastor Montoya estuvo ingresado en el hospital donde estuvo luchando por su vida.
Por su parte, la directora del Instituto Nacional Cardiopulmonar, doctora Nora Maradiaga, manifestó que la salud del pastor Montoya fue complicada desde que ingresó al centro asistencial, manifestó que el pastor unos días mostraba leves mejorías, pero en la mayor parte del tiempo su situación fue delicada.
La comunidad cristiana evangélica en Honduras lamenta la muerte del pastor Montoya y recuerdan con nostalgia uno de sus últimos mensajes.
Agregó que muchas veces los casos de Covid-19 terminan con la vida de las personas, porque esos pacientes buscan asistencia médica cuando ya la enfermedad ha avanzado varios días.
En medio de una caravana y cientos de feligreses, los restos del pastor Miguel Montoya fueron enterrados en el cementerio San Miguel Arcángel, luego de perder la vida a causa de la pandemia del Covid-19.
La consternación y tristeza se hicieron sentir al interior de la iglesia CEAD, en donde en horas de la mañana, fue velado el cuerpo del pastor Miguel Montoya, por lo que su congregación aprovechó para darle el último adiós.
La también pastora Jackie Montoya, esposa del pastor, agradeció a todas las personas que acompañaron el velatorio e hicieron llegar sus muestras de pesar por su perdida.
“No estamos llorando de tristeza, su legado no queda aquí, mi esposo no murió, mi esposo vive en el nombre de Jesús”, manifestó la pastora.
A la muerte del religioso también reaccionó el expresidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras (CEH), Alberto Solorzano, quien lo recuerda como un hombre con un entusiasmo extraordinario.
“Miguel era una promesa no solo para la iglesia que él pastoreaba, ya que su liderazgo trascendía otras congregaciones, vivió dentro del Señor con una intensidad enorme, ahora solo esperamos que Dios dé a su familia consuelo y paz en estos momentos”, agregó el líder religioso.
