Tegucigalpa – Alexander Godoy, representante del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE), destacó un notable aumento en la demanda de energía eléctrica en Honduras, que ha escalado entre un 30 a 35 por ciento recientemente debido a la intensa ola de calor que azota principalmente a los departamentos del norte del país.
Godoy explicó que, bajo condiciones normales, la demanda de energía se sitúa entre 1.500 y 1.600 megavatios, pero debido a las actuales condiciones climáticas extremas, esta cifra ha alcanzado un pico de hasta 1.924 megavatios.
Este incremento se debe en gran medida a las temperaturas que han superado los 41 grados centígrados en muchas áreas clave, especialmente en la zona norte, donde se concentra la mayoría de la actividad industrial y comercial del país.
«Estamos viviendo momentos pico de demanda, lo cual es un reflejo directo de la ola de calor que estamos experimentando. Este aumento en el consumo de energía, particularmente para aire acondicionado, está poniendo una presión significativa sobre nuestro sistema eléctrico», señaló Godoy. Además, mencionó que han tenido que realizar alivios de carga en algunos circuitos para manejar la demanda elevada sin comprometer la estabilidad del sistema.
Godoy calificó la situación como «histórica», no solo por las temperaturas extremas sino también por el impacto sustancial en el consumo de energía a nivel nacional. «Las empresas y el comercio, que son grandes consumidores de energía, deben continuar operando sin interrupciones para mantener su productividad, lo que agrava aún más la demanda en el sistema», agregó.
Durante la semana del 13 al 18 de mayo, el aumento del consumo de energía no solo afectó a las industrias, sino también a los hogares hondureños. Godoy destacó que el gasto promedio en electricidad en los hogares ha experimentado un salto significativo.
«Un hogar que normalmente pagaba unos 1.500 lempiras por su consumo eléctrico, ahora está pagando hasta 2.100 lempiras», informó, evidenciando el impacto económico directo de la crisis climática en la población.
Este fenómeno subraya la urgencia de adoptar medidas eficientes de gestión energética y de explorar soluciones sostenibles que puedan mitigar los efectos de futuras olas de calor y otros eventos climáticos extremos sobre el sistema eléctrico nacional.