Tegucigalpa – La tensión en el Congreso Nacional de Honduras llegó a su punto más álgido tras la suspensión de la sesión en la que se debía elegir al Fiscal General y Adjunto del Ministerio Público. Después de la clausura, manifestantes afiliados al gobierno y al partido Libre se aglomeraron en las salidas del Congreso, impidiendo a los diputados opositores abandonar el edificio.
La situación se volvió peligrosa cuando los legisladores de oposición se vieron rodeados por los manifestantes, lo que llevó a la Policía Nacional a intervenir cerrando una cortina de hierro para garantizar la seguridad de los parlamentarios.
Esta acción de los manifestantes gubernamentales generó un ambiente de tensión y preocupación, ya que los diputados opositores se sintieron restringidos en su movilidad y, en algunos casos, como si estuvieran siendo secuestrados.
Es importante destacar que esta situación se produjo a pesar de las garantías previas de las autoridades policiales y del gobierno de que los diputados de la oposición no serían restringidos en su desplazamiento. La clausura de la sesión y la posterior retención de los parlamentarios plantean interrogantes sobre la seguridad y la estabilidad en el ámbito político del país.
Este incidente agrega un nuevo capítulo a la compleja situación política que vive Honduras, con divisiones y tensiones entre diferentes fuerzas políticas y manifestantes que exigen cambios y reformas en el sistema gubernamental.
La incertidumbre sobre la elección de las autoridades del Ministerio Público continúa sin resolverse y el país se encuentra en un estado de espera ante los acontecimientos que puedan desarrollarse en los próximos días.