Tegucigalpa – El director del Instituto Nacional Penitenciario (INP) de Honduras, Ramiro Muñoz, ha revelado que la muerte de Erick David Macías Rodríguez, implicado en el asesinato del hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, fue en realidad un homicidio y no un suicidio como se pensaba inicialmente.
Macías Rodríguez, conocido como «El Licenciado», fue encontrado ahorcado en su celda en la prisión «El Pozo» en Santa Bárbara, y se había informado que había dejado una nota explicando sus razones para suicidarse.
Sin embargo, Muñoz clarificó que otros reclusos fueron los que lo ahorcaron. Cuatro internos están actualmente bajo investigación por la fiscalía como responsables del crimen, con Luis Alonso Varela Guevara (alias «El Gordo») y José Luis Valdez Trejo (alias «El Ruso») identificados como los presuntos autores materiales del asesinato.
Estos detalles emergieron durante una conferencia de prensa donde se presentaron testimonios y pruebas que implican a los acusados.
Además, en una declaración crítica sobre el sistema penitenciario del país, el coronel Muñoz comentó sobre la falta de instalaciones de máxima seguridad, indicando que las cárceles hondureñas no pueden considerarse de alta seguridad dado que las celdas albergan hasta trece reclusos cada una.
Según Muñoz, esta situación complica significativamente la prevención de violencia y asesinatos entre los reclusos.
Esta revelación pone en relieve las profundas deficiencias del sistema penitenciario hondureño y ha suscitado un debate sobre la necesidad de reformas significativas para mejorar la seguridad y las condiciones de detención en las prisiones del país.