Tegucigalpa – La reciente intervención de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, en la 79ª Asamblea General de las Naciones Unidas ha generado opiniones divididas entre políticos y analistas del país.
Mientras algunos elogian su discurso por abordar temas que consideran cruciales para la comunidad internacional, otros critican que se haya perdido una oportunidad para proyectar una imagen más positiva de Honduras.
Durante su alocución, Castro denunció amenazas de golpe de Estado contra su administración, señalando intentos de desestabilización.
Marco Eliud Girón, diputado del partido Libertad y Refundación (Libre), respaldó las declaraciones de la mandataria: «Nos ha dejado muy bien parados en temas que debe conocer la comunidad internacional», afirmó.
En contraste, Maribel Espinoza, diputada y aspirante presidencial por el Partido Liberal, cuestionó la falta de compromisos concretos en asuntos clave como la extradición.
«¿Se comprometió ante el mundo a restablecer la extradición? No, entonces todo lo que dijo no vale nada», expresó en una entrevista con Noticieros Hoy Mismo.
El analista político Olban Valladares también mostró su desacuerdo con el enfoque del discurso. «Repetimos el mismo error, se desaprovecha un foro demasiado importante», comentó, sugiriendo que se perdió una oportunidad para mejorar la percepción internacional del país.
Gabriela Castellanos, directora del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), opinó que el mensaje de la presidenta contribuye a una sensación de inestabilidad.
«Generan situaciones caóticas que nos hacen sentir que vamos de crisis en crisis… una Honduras en caída libre que solo puede ser rescatada por los caudillos de la refundación», manifestó, refiriéndose a las denuncias de Castro sobre amenazas a su gobierno.
Por su parte, el economista Julio Raudales señaló que la presidenta «se salió del formato» habitual en este tipo de eventos internacionales, pero consideró que su mensaje careció de novedades. «Es lo mismo que ha venido diciendo», apuntó.
El discurso de Xiomara Castro en la ONU ha evidenciado las diferencias en la política hondureña sobre cómo abordar los desafíos nacionales en el escenario global. Mientras sus partidarios defienden la necesidad de exponer las problemáticas internas ante la comunidad internacional, sus críticos abogan por presentar propuestas concretas que mejoren la imagen y el desarrollo del país.