Por: José Eliécer Palomino Rojas.
En una de las instituciones educativas públicas del municipio Cejeño Antioqueño Colombiano, como la institución Maria Josefa, en donde gracias al liderazgo de los docentes: Diana María Ramírez Carvajal, Jorge Cataño y María Del Pilar Arias, buscan dinamizar las prácticas pedagógicas, del área de ciencias naturales, e integrarlas a los planes de estudios, mallas curriculares etc, para de esa forma lograr la transversalización de las diferentes áreas y asignaturas, con actividades desde el preescolar, básica primaria, básica secundaria y media vocacional, por medio del proyecto ambiental escolar de la huerta y el mariposario inscrito al PRAE(Proyecto Ambiental Escolar).
Cabe mencionar que la maestra Diana María empezó con gran ahínco, entrega y cariño el «proyecto de basura cero», en la institución donde la docente labora; el cual proyecto propendía que se suspendiera de lleno el uso de canecas, recipientes, para la recolección de las basuras y por ello cada docente o estudiante quien a su vez, adquiriera un producto comestible en la cafetería del plantel, desde sus hogares, cada uno llevara una pequeña bolsa, para que en ella, recogieran los empaques o pequeños residuos que dejarían, después de comer, y de esa forma, los transportaran para sus hogares; pero tal proyecto no causó impacto, ni efecto, debido que no hubo apoyo, ni colaboración, de parte de algunos integrantes de la institución educativa, llevando a quedarse sola con el proyecto, la docente Ramírez Carvajal, como la golondrina del adagio»Una sola golondrina no puede llamar agua», pero si hubiese habido unión, organización y apoyo, aparecería el progreso del ejecutado proyecto.
Por lo anterior afirma la Magister en educación en ciencias naturales, egresada de la Universidad de Antioquia, Diana María Ramírez Carvajal: » Desde que nací siempre he tenido el amor por el cuidado, conservación del medio ambiente y de todo lo creado. Alguna vez recuerdo que en un lugar me encontraba compartiendo con unos amigos, momentos de esparcimiento, cerca a una cascada de un río y sentí que en aquel momento y espacio, tuve una conexión admirable con la madre tierra y la naturaleza creada, porque de momento empezó a caer unas semillas como de aquella planta conocida con el nombre de diente de león; que se esparcían por el aire y junto a los compañeros, admirábamos tan sublime momento y espectáculo de la naturaleza. Y concluía la Magister Ramírez diciendo: el fin de todo ese espectáculo es la creación, la reproducción y la multiplicación de lo que verdaderamente es la vida».
Por otra parte, se pensaría que, para Diana Ramírez, su amor por la naturaleza y el medio ambiente, es el motor que la continúa impulsando de forma imparable y constante, a jalonar y convertir dos microespacios de la institución, que estaban abandonados y subutilizados, con el apoyo del señor Óscar Álvaro Echavarría rector, algunos estudiantes y algunos docentes, con un nuevo proyecto que lo ha venido gestando desde el año 2020, proyecto de la huerta escolar, en el que busca entre otros aspectos, volver a sembrar la tierra con conciencia, a través del cultivo de productos 100% orgánicos vegetales como: Lechuga, tomate, perejil, cebolla, remolacha, alverja, fríjol, pepino, fresas, zanahoria etc. Y en otra parte de la huerta también cultivar plantas medicinales como: Acetaminofén, albahaca, tomillo, ruda, romero, apio, plantas aromáticas, entre otras.
Y afirma Ramírez Carvajal:» Así mismo el mariposario, otro espacio verde con que cuenta la institución, será el lugar para que los estudiantes, aprendan en campo, el ciclo de vida de las mariposas y se realice, además el avistamiento de insectos polinizadores y, aves que llegan a este hermoso espacio. Y la finalidad de estos tipos de proyectos huerta y mariposario, genere procesos educativos interdisciplinares, en donde se abra la posibilidad, que otros docentes se vinculen a los proyectos en donde tanto estudiantes, docentes, padres de familias, aprendan a valorar la vida y los regalos que brinda la madre tierra, así como estudiar desde la ciencia, las propiedades medicinales, curativas y alimenticias, que tienen dichas especies a través de proyectos de aula y laboratorio diseñados, por los mismos estudiantes y el direccionamiento por los profesores; que comprendan que estamos en tiempos de cambio, en donde se requiere que la humanidad se acerque a ella con amor, respeto y conciencia, aspectos fundamentales que se deben cultivar desde los hogares y reforzar en las escuelas y colegios, si se quiere perpetuar y posibilitar que la especie humana continúe subsistiendo en este amado planeta.»
¿Será posible que en instituciones educativas, donde se desarrollan estos proyectos de huerta y de mariposario, algún día desde los docentes, secretarios de educación, jefes de núcleos, concejales, secretarias del plantel, se olviden por algunas horas, del rol que desempeñan y se pongan la camiseta de horticultor y mariposario, para que tales proyectos de las instituciones, cada día progresen y no sucumban en el anonimato? Porque si bien es sabido, el planeta es de todos y por ende debemos saberlo administrar, proteger y no destruir.
«Los niños, los jóvenes son conscientes de un bien vivir, con actos de equilibrio; desde unas acciones complementarias, y no desde aquellas acciones de un bien y del mal, sino desde lo material y lo creado, con respeto, tolerancia, amor y no con odio ni rencor.» Jepardini.
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