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Educación de legisladores y gobernantes

Por: Juan Carlos Rodas del Castillo

Resulta complejo y controvertido abordar esta columna, empero, cada individuo tiene su punto de vista particular. Estoy seguro que cada votante siempre espera que los mejores hombres y mujeres nos represente y dirijan bien nuestros países. En Bolivia entre los requisitos más importantes para presidente es contar 30 años de edad, para Senador y Diputado otro tanto, en los tres casos ser boliviano de nacimiento y postulado por alguna agrupación política o cívica registrada; hasta ahí vamos bien, pero en ningún caso dice la CPE de contar con alguna formación académica mínima; si señalara, estaría contraviniendo los derechos de otros bolivianos a postularse, de aquellos que no cuentan con esa formación, al menos eso dicen; algo muy similar ocurre en otros países de casi todo el orbe.

Pero, para conducir un coche debemos contar con licencia que avale nuestra pericia y llegar a destino con los ocupantes sanos y salvos; en las manos de médicos y enfermeras confiamos nuestras vidas; en la de los arquitectos viviendas, puentes, carreteras, etc., así, para ejercer cualquier profesión debemos contar con Título Universitario que avale nuestra formación y conocimientos que nos permita trabajar en ese campo, así también en aquellos casos que son de mayor o mediana responsabilidad se requiere cierta preparación garantizada y pericia en el oficio, pidiéndose certificados o garantes en muchos casos.

Ahora bien, aquí viene lo árido y hasta contradictorio; la vida, salud, educación, alimentación, fuentes de empleo, calidad de vida, seguridad interna, externa, estabilidad económica, etc., etc. etc., de un país con 12 millones de habitantes entre niños, mujeres y hombres, confiamos nuestros destinos al parecer en muchos casos a los menos formados y capacitados. Cristo en el sermón de la montaña dijo: “por sus obras los conoceréis”, decía para distinguir a los verdaderos de los falsos profetas.
Gobernantes, diputados, senadores o asambleístas representan directamente al pueblo o un sector en cargos de altísima responsabilidad tengan formación o no. Mínimamente en la dirección de ministerios o direcciones debería exigirse ser profesional titulado, no es lo mismo a “sentirse Licenciada” o “sentirse Profesional”.

Debería estudiarse formas que los representantes nacionales y departamentales cuenten con cierta formación académica, esto elevaría el nivel cultural e intelectual de ellos y la población sería la más beneficiada, habría cierta certeza que ellos tomen decisiones más adecuadas, hoy en día hay un bagaje de parlamentarios que nunca pisaron una universidad, que más bien se fueron formando en el ámbito sindical, barrial, cocalero, etc. que no es ningún pecado, pero por cómo se maneja la educación en el país es precisamente que muchos no tienen la suerte cursar aulas, para tapar eso hueco o deficiencia no es la “solución” la contratación de “asesores”, que por lo general son los amigos, compañeros de partido o del sindicato, muchos con dudosa formación académica, o casi sin ella, no garantizando de ninguna manera una mejor gestión.

Un profesional titulado tampoco garantiza una buena gestión de gobierno, legislatura u otros cargos públicos, hubo presidentes y legisladores inclusive con estudios en prestigiosas universidades del exterior que llevaron al país e instituciones públicas al colapso y banca rota, entonces esto es muy relativo. Una mejor gestión en lo posible cero corrupción y trabajo responsable de servicio más bien radica en UNA CORRECTA FORMACIÓN EN VALORES MORALES, esta se las obtiene en la casa, en el colegio o por decisión propia de practicarlos con integridad y ecuanimidad a lo largo de su vida. La falta de estudios o la pobreza no es óbice para no practicar las sanas costumbres, más es una decisión personal.

Aparte de contar con formación académica, los candidatos deberían tener una sólida práctica de valores morales y verdadera vocación de servicio, sería una cualidad positiva muy valorada, las certificaciones del Rejap, Felcc, o de antecedentes policiales, no reflejan la verdadera personalidad ni dan garantía real de su calidad de persona, Marset obtuvo su certificado del Rejap sin estar en persona inclusive.

Julio Cesar (100-44 ac), emperador romano, fue esmeradamente educado con maestros griegos; Bolívar recibió formación militar en Caracas, instruido por una de las mentes académicas más brillantes de la época, Don Andrés Bello, en Europa estudio Historia, Lenguas, y Ciencias; Sánchez de Lozada (Goni) se formó en Filosofía en una universidad de Chicago, aunque hay dudas sobre si concluyó sus estudios; Melgarejo, ingreso analfabeto al cuartel, allí aprendió muy dificultosamente a leer y escribir, su fortaleza física y valor lo llevo a ser presidente, la historia nos muestra los desaciertos desastrosos que cometido contra su país Bolivia debido a su ignorancia; Linares estudió Derecho en la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca; Evo Morales luego de muchos sacrificios y peripecias logró salir bachiller dedicándose a agricultor cocalero y sindicalista, su periodo es conocido como “la época perdida” por no haberse aprovechado honrada y adecuadamente la bonanza de ingentes ingresos de divisa fruto del gas en su país ; Martí, sus primeros estudios los hizo en La Habana, en España Derecho y Filosofía; Fidel Castro fue abogado, activista y guerrillero; Correa del Ecuador obtuvo un doctorado, sus decisiones hasta ahora afectan a su país; Luis Arce, economista y docente, la economía boliviana sufre de alta fragilidad debido a desaciertos en la administración; Milei, Economista; Maduro, bachiller y chofer. Por visto en la reseña vemos que la educación y formación académica ayuda mucho para una mejor y acertada toma de decisiones para sus pueblos, empero, no siempre es así, ya sea por falta de preparación o por razones premeditadas.

¿Existe una relación entre el nivel educativo de los diputados, senadores, legisladores y asambleístas con las características de los sistemas democráticos y los gobernantes en nuestra América Latina? El nivel de educación de la población en un determinado país es un indicador de la calidad de la elite política y calidad de democracia con que a futuro podría contar un país. Resulta altamente democrático que haya representatividad de una mayor cantidad de sectores posibles, pero, resulta importante también la calidad de los representantes que coadyuve al progreso de los países.

Fuente del Instituto de Iberoamérica: en la legislatura boliviana 1993-1997 más de la mitad, 52,1% de los diputados habían realizado estudios universitarios, en 2010 -2014 bajó a 22%. En 1993-1997 menos del 2% había cursado primaria, en 2010-2014 se incrementó a 10%; con grado secundario de 10% subió a 21.1%, los de grado técnico no universitario subió de 15,7% a 25,7%, se advierte que los niveles de formación más bajos corresponden al MAS, lo que quiere decir que apuestan a la representatividad como táctica política y no a la capacidad o competencia. Lamentablemente no pude encontrar información sobre el grado de instrucción de las últimas legislaturas, las que no deben diferir mucho de las arriba señaladas.

En Bolivia durante el llamado “proceso de cambio”, los últimos 17 años, en la intención de dar representatividad a más sectores sociales, étnicos y de género, la conformación parlamentaria se tornó en un poliedro de capacidades, niveles de instrucción, criterios y fuerzas según en el número de parlamentarios, distorsionándose los objetivos iniciales, sobreponiéndose la cantidad a la calidad y meritocracia.

Evo Morales imagino es uno de los pocos felices de no haberse superado intelectualmente, decía, “sentirse feliz por no haber asistido a la universidad”, tal afirmación solo podría venir de alguien atípico como él. En muchas ocasiones en charlas con conductores y otras personas que por azar del destino no tuvieron la suerte de cursar una universidad, señalaban que, “nuestro país debe ser gobernada y legislada por gente profesional, que son los que más saben y se ubican en temas de desarrollo”.

El resultado del estado de la salud, trabajo, seguridad, economía, estabilidad financiera, energética, etc., etc., de un país, es el reflejo y fruto de la calidad de educación que recibieron los gobernantes, legisladores, asambleístas y las decisiones que tomaron. Entonces, la calidad de los políticos debería ser una preocupación general por las repercusiones de su desempeño en un país por las decisiones que vayan a tomar.

Definitivamente y con toda seguridad, LA EDUCACIÓN ES CLAVE DEL PROGRESO, TANTO INDIVIDUAL COMO COLECTIVO, la educción simboliza la libertad del hombre que come su propio pan para no sentirse esclavo de nadie. Mantener la población ignorante, deficiente o manipulada por ambiciones políticas, es mantenerla en la oscuridad intelectual y alejada de la verdad, es la esclavitud de la razón. La adecuada educación es conocimiento y verdadera luz, es con la que podemos obtener y difundir la verdadera libertad a la población, es liberarla de la superstición, el servilismo y el error, debe llevarse esa luz al corazón y cerebro de la población para que vean claro y sientan en el corazón, así disminuir la corrupción y el delito.

Las opiniones expresadas de los “columnistas” en los artículos de opinión, son de responsabilidad exclusiva de sus autores y no necesariamente reflejan la línea editorial de Diario El Mundo.

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