La superficie helada del mar en la Antártida retrocedió este septiembre 1,5 millones de kilómetros cuadrados con respecto a la media en un mes similar en el pasado, reveló este lunes el secretario general de la ONU, António Guterres, que acaba de regresar de un viaje al continente blanco.
Esa superficie equivale a la suma del territorio de Alemania, Francia, España y Portugal, precisó en una rueda de prensa en la ONU para dar cuenta de su viaje.
“La Antártida está llorando para que hagamos algo”, dijo Guterres en una de sus habituales declaraciones solemnes.
Guterres insistió en que los efectos del deshielo antártico “no se quedan en la Antártida, pues vivimos en un mundo interconectado”, y recordó sus consecuencias: subida del nivel del mar, penetración de aguas saladas en la tierra, efectos en las cosechas y riesgos en las viviendas costeras, con especial gravedad en las ciudades al nivel del mar y las islas pequeñas.
El secretario general insistió en que está clara la causa de toda esta destrucción: los combustibles fósiles, y dijo que si no se revierte el calentamiento global, “los niveles del mar podrían subir diez metros”.
La COP28 que comienza en Dubái el 30 de noviembre será el momento de actuar con tres objetivos primordiales: triplicar la generación de energías renovables, duplicar la eficiencia energética y traer energías limpias para todo el mundo en el horizonte de 2030, detalló Guterres.
Y con respecto a la información -desvelada hoy por la BBC- de que el gobierno emiratí iba a aprovechar la COP-28 para cerrar acuerdos petroleros, en clara contravención con el espíritu de la cumbre, Guterres se mostró categórico: “No puedo creer que sea cierto”, dijo.