El Primer Ministro Benjamin Netanyahu debería conquistar un quinto mandato el miércoles, ya que el escrutinio casi terminado de las elecciones legislativas lo muestra en posición de formar una coalición derechista de gobierno, apuntó la prensa local.
Con el 99% de los votos escrutados, el Likud y Azul y Blanco se quedarían con 35 cada uno de los 120 escaños de la Knesset. No obstante, el bloque de la derecha obtiene en total 67 escaños, lo que hace más probable que formen la próxima coalición
Con el 99% de los votos ya contados, los resultados indican que el partido de Netanyahu, el Likud, y un grupo de partidos aliados de la derecha, tendrían entre 65 y 67 bancas de las 120 del parlamento israelí.
Según los datos del comité central electoral, con más 3,9 millones de los votos escrutados, el Likud obtendría un 26,47% por ciento de las papeletas, frente a un 26,11% por ciento de Azul y Blanco, que le iría por detrás.
Así, el Likud y Azul y Blanco se quedarían con 35 cada uno de los 120 escaños de la Knesset. Pero el bloque de la derecha obtiene en total 67 escaños, lo que hace más probable que formen la próxima coalición.
Depende del presidente Reuven Rivlin considerar, a la luz de las recomendaciones de los partidos de la Knesset, qué partido designará para tratar de formar el gobierno.
En un discurso a sus seguidores en Tel Aviv, Netanyahu dijo que el triunfo había sido «magnífico».
«El pueblo de Israel me ha respaldado para un quinto mandato, y me ha expresado una confianza todavía mayor», dijo el primer ministro, quien añadió que el resultado significa «un logro inimaginable» y «casi inconcebible».
De hecho, el jefe del gobierno se puso en contacto en cuanto comenzó el recuento con los líderes de Kulanu (Moshe Kahlon), Israel Nuestro Hogar (Avigdor Lieberman) y del religioso Shas (Aryeh Deri), para asegurarse que le recomiendan al presidente, Reuvén Rivlin (también del Likud), para la tarea de formar el próximo Ejecutivo.
En tanto, en el cuartel general del partido Azul y Blanco, el aspirante Benny Gantz también cantó victoria.
«Es un día histórico, más de un millón de personas a votado por nosotros. El presidente debe darnos la responsabilidad de formar el próximo gobierno porque somos el partido más importante», dijo Gantz a sus seguidores.
La mayoría de los sondeos daban al Azul y Blanco como el partido más votado, con una diferencia de entre tres y seis escaños del Likud del jefe del gobierno, lo que sin embargo no le garantizaba el encargo de la formación del próximo Ejecutivo.
Rivlin tiene que elegir al candidato que más posibilidades tenga de unir una coalición y que más represente el voto popular, pero no necesariamente tiene que entregarle el encargo al líder más votado.
Desde que cerraron las urnas, los candidatos de la coalición centrista Azul y Blanco, sus equipos de campaña y simpatizantes celebraron en una sede habilitada para ello en Tel Aviv los prometedores resultados.
Gantz se presentó en su primer discurso como el primer ministro de todos los israelíes, no solo de los que le votaron, y calificó el «día de histórico».
«Nuestra gente votó la unidad y rechazó la división», declaró en referencia a lo que considera representa Netanyahu.
En la cercana sede de celebración del Likud, menos concurrida y festiva a primera hora de la noche, Uzi Dayan, número 33 de la lista aseguró a Efe: «El Likud se siente bien con los resultados (preliminares)».
«La buena noticia es que tenemos todos los ingredientes para crear un nuevo gobierno de coalición», aseguró.
La jornada, festivo nacional, estuvo marcada por un alto abstencionismo en las localidades árabes de Israel, que habían sido llamadas a boicotear las elecciones, pero finalmente la participación fue de un 71,4 % según el Comité Electoral Central, una cifra muy similar al 71,8 % de los anteriores comicios (2015).
La falta de voto en el sector árabe podría dejar fuera a una de las dos listas de partidos árabes, Ram-Tal, que se juega llegar al 3,25 % para obtener escaños.
El incidente más grave hoy, de hecho, tuvo lugar en centros de voto de ciudades árabes, donde observadores y apoderados del Likud fueron descubiertos con cámaras ocultas, lo que obligó a la Policía a intervenir, retirando hasta 1.200 cámaras, en un suceso que el Comité Central Electoral calificó de acción «ilegal».
Con información de EFE y AFP