El mandatario chileno, Gabriel Boric, sostiene que Sebastián Piñera “fue un hombre que siempre puso a Chile por delante, que nunca se dejó llevar por el fanatismo y el rencor”.
Por El País
El dos veces presidente de Chile Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022), fallecido el martes a los 74 años en un accidente en helicóptero que él pilotaba, será enterrado este viernes en Santiago. El funeral de Estado se ha celebrado en la catedral metropolitana, al que asistieron sus familiares, amigos, autoridades de los distintos colores políticos y líderes internacionales. La ceremonia inicial arrancó sobre las 9.30 horas en el exCongreso Nacional, en el centro de la capital, donde desde el miércoles hubo un multitudinario velatorio. El presidente Gabriel Boric presidió un homenaje institucional donde se realizó la última Guardia de Honor, acompañado de dos de los tres últimos expresidentes de Chile. Ricardo Lagos, quien anunció su retiro de la vida pública hace una semana, ha informado esta mañana que no podría asistir.
El funeral del expresidente de centroderecha se produjo en un clima republicano que no se da fácilmente en otros países de la región. Además de la Guardia de Honor, el cortejo fúnebre pasó por la Plaza de la Constitución, al frente del Palacio de La Moneda, la sede del Gobierno del país sudamericano. En ese lugar recibió el homenaje del actual mandatario. El cierre de este clima de recogimiento de toda la clase política se ha sellado con la entrega de la bandera que cubrió el féretro del expresidente a su viuda, Cecilia Morel, en un acto que fue realizado por el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren.
El actual mandatario de izquierdas ha destacado que el fallecido expresidente “tuvo que afrontar momentos dolorosos y complejos para el país” y “abrió paso a una derecha democrática, liberal y abierta al diálogo por el bien de Chile”. Boric ha reconocido que ambos tuvieron una interpretación diferente sobre el estallido social, aunque valoró que el expresidente eligiera las vías democráticas a través del proceso constituyente para encontrar una salida a la crisis. “Como parlamentario fui opositor a Sebastián Piñera, y no me arrepiento, porque así funcionan las democracias. Estar en el sillón de [Bernardo] O’Higgins me ha permitido comprender y aquilatar su rol”, ha dicho. También ha destacado que accediera a firmar una declaración en conjunto sobre los 50 años del golpe de Estado de 1973, lo que había sido rechazado por el resto de los dirigentes de las derechas.
El jefe de Estado chileno ha abordado los alcances políticos de la figura del expresidente, que militaba en Renovación Nacional, en especial las intensas disputas de su Administración con la entonces oposición de izquierda, que actualmente compone al oficialismo. “Sebastián Piñera fue un hombre que siempre puso a Chile por delante, que nunca se dejó llevar por el fanatismo y el rencor. Todos los que estamos en política debiéramos tomar nota de estas virtudes. Durante su Gobierno las querellas y recriminaciones fueron en ocasiones más allá de lo justo y razonable. Hemos aprendido de ello y todos debiéramos hacer”, ha expresado.
El expresidente democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) ofreció un emotivo y cercano discurso. Conoció desde muy joven a Piñera porque sus padres –el exmandatario Eduardo Frei Montalva y el diplomático José Piñera Carvallo– eran amigos y camaradas en el partido Democracia Cristiana. Mirando a la familia enlutada, Frei reveló que las “grandes cosas que hizo Sebastián” fueron inspiración de su padre, pero especialmente a su madre, Magdalena Echenique, “una mujer extraordinaria”. El expresidente destacó la trayectoria y el respeto cívico que siempre existió entre ellos, a pesar de las diferencias políticas. “El mejor homenaje que podemos hacer es que en nuestro país reine la grandeza”, planteó.
La expresidenta socialista Michelle Bachelet (2006-2010, 2014-2018) sostuvo en su discurso que el Estado despide a uno de “sus más destacados protagonistas”. “Él empujaba una derecha que podía tomar distancia del autoritarismo (…) Tanto en la dictadura como el estallido, escogió la salida institucional de dar poder a la ciudadanía mediante el voto”, planteó la socialista, quien destacó que fue Piñera el que encargó el informe a la ONU sobre las violaciones a los derechos humanos durante el estallido social, un momento muy complejo en su segundo mandato. “Fue en la presidencia que Piñera pago el precio más alto de ser autoridad, porque hay que tomar decisiones dolorosas y el escrutinio público es implacable”.
Tras el discurso de las autoridades, Magdalena Piñera Morel, la hija mayor del expresidente, tomó la palabra con un breve discurso. “Espero que este homenaje sirva para que resurja la unidad y la amistad cívica en este país”, ha declarado.
Una vez finalizado el acto en el exCongreso nacional, el cuerpo del expresidente fue trasladado hasta la catedral metropolitana, en donde se ha realizado la ceremonia religiosa. Un poco antes de la homilía encabezada por el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, intervinieron algunos de los cercanos al fallecido político. Uno de los momentos más emotivos fue la lectura del salmo de parte del empresario Ignacio Guerrero, uno de los mejores amigos del exmandatario y un sobreviviente del accidente del lago Ranco.
Durante la misa, Chomalí ha manifestado su esperanza de que tanto la inesperada muerte del expresidente como los trágicos incendios de Viña del Mar “contribuyan a generar un país más unido, más fraterno y más justo”. “Sebastián Piñera sirvió a Chile con fuerza, ahínco y convicción. Como todo ser humano se pudo haber equivocado, pudo haber cometido errores, algunas cosas las pudo haber hecho de otra manera, pero lo que no se pone en duda es su buena fe y recta intención”, ha enfatizado el sacerdote, que también compartió un saludo enviado por el papa Francisco.
La ceremonia continuó con la intervención de los familiares del Piñera, entre ellos su hermano mayor José, quien había estado ausente de los actos del miércoles y jueves, y con quien el exmandatario tenía una relación distante. También aparecieron los exministros Gonzalo Blumel y Rodrigo Hinzpeter, los dos colaboradores más cercanos de sus dos gobiernos. Otro momento emocionante fue el discurso de Luis Urzúa, uno de los 33 mineros que fueron rescatados desde la mina San José en una histórica operación encabezada por la primera Administración del exgobernante. “Queremos darle nuestro sincero adiós a nuestro Presidente, gracias a él fuimos rescatados, gracias a él hoy podemos dar nuestro testimonio, usted nos sacó de la tierra, dejó muchas cosas que hacer, pero estuvo ahí acompañando a nuestras familias. Hoy hay 33 banderas y no 33 cruces”, ha dicho Urzúa, en compañía de otros de los trabajadores rescatados. Las palabras finales vinieron de parte de dos de los nietos y de los hijos de la difunta autoridad.
Tras la ceremonia religiosa, el ataúd de Piñera fue sacado en un cortejo fúnebre con dirección al Palacio de La Moneda, en donde recibió los últimos reconocimientos por parte de los ciudadanos que se encontraban en el centro de Santiago. Al llegar a la sede de Gobierno, la caravana recibió el homenaje del propio presidente Boric y de la guardia de palacio compuesta por Carabineros. El recorrido avanzó hacia el cementerio Parque del Recuerdo en el municipio de Huechuraba, al norte de la ciudad, donde la familia realizará una ceremonia final íntima. Antes de su arribo al camposanto, la carroza ha sido llenada de pétalos de flores por parte de los trabajadores de la Pérgola de las Flores, cumpliendo con una tradición chilena de los funerales de personas de alta visibilidad pública.
El funeral de Estado se ha celebrado en la catedral metropolitana, al que asistieron sus familiares, amigos, autoridades de los distintos colores políticos y líderes internacionales. La ceremonia inicial arrancó sobre las 9.30 horas en el exCongreso Nacional, en el centro de la capital, donde desde el miércoles hubo un multitudinario velatorio. El presidente Gabriel Boric presidió un homenaje institucional donde se realizó la última Guardia de Honor, acompañado de dos de los tres últimos expresidentes de Chile. Ricardo Lagos, quien anunció su retiro de la vida pública hace una semana, ha informado esta mañana que no podría asistir.
El funeral del expresidente de centroderecha se produjo en un clima republicano que no se da fácilmente en otros países de la región. Además de la Guardia de Honor, el cortejo fúnebre pasó por la Plaza de la Constitución, al frente del Palacio de La Moneda, la sede del Gobierno del país sudamericano. En ese lugar recibió el homenaje del actual mandatario. El cierre de este clima de recogimiento de toda la clase política se ha sellado con la entrega de la bandera que cubrió el féretro del expresidente a su viuda, Cecilia Morel, en un acto que fue realizado por el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren.
Querellas y recriminaciones “más allá de lo justo”
El actual mandatario de izquierdas ha destacado que el fallecido expresidente “tuvo que afrontar momentos dolorosos y complejos para el país” y “abrió paso a una derecha democrática, liberal y abierta al diálogo por el bien de Chile”. Boric ha reconocido que ambos tuvieron una interpretación diferente sobre el estallido social, aunque valoró que el expresidente eligiera las vías democráticas a través del proceso constituyente para encontrar una salida a la crisis. “Como parlamentario fui opositor a Sebastián Piñera, y no me arrepiento, porque así funcionan las democracias. Estar en el sillón de [Bernardo] O’Higgins me ha permitido comprender y aquilatar su rol”, ha dicho. También ha destacado que accediera a firmar una declaración en conjunto sobre los 50 años del golpe de Estado de 1973, lo que había sido rechazado por el resto de los dirigentes de las derechas.
El jefe de Estado chileno ha abordado los alcances políticos de la figura del expresidente, que militaba en Renovación Nacional, en especial las intensas disputas de su Administración con la entonces oposición de izquierda, que actualmente compone al oficialismo. “Sebastián Piñera fue un hombre que siempre puso a Chile por delante, que nunca se dejó llevar por el fanatismo y el rencor. Todos los que estamos en política debiéramos tomar nota de estas virtudes. Durante su Gobierno las querellas y recriminaciones fueron en ocasiones más allá de lo justo y razonable. Hemos aprendido de ello y todos debiéramos hacer”, ha expresado.
El expresidente democristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) ofreció un emotivo y cercano discurso. Conoció desde muy joven a Piñera porque sus padres –el exmandatario Eduardo Frei Montalva y el diplomático José Piñera Carvallo– eran amigos y camaradas en el partido Democracia Cristiana. Mirando a la familia enlutada, Frei reveló que las “grandes cosas que hizo Sebastián” fueron inspiración de su padre, pero especialmente a su madre, Magdalena Echenique, “una mujer extraordinaria”. El expresidente destacó la trayectoria y el respeto cívico que siempre existió entre ellos, a pesar de las diferencias políticas. “El mejor homenaje que podemos hacer es que en nuestro país reine la grandeza”, planteó.
La expresidenta socialista Michelle Bachelet (2006-2010, 2014-2018) sostuvo en su discurso que el Estado despide a uno de “sus más destacados protagonistas”. “Él empujaba una derecha que podía tomar distancia del autoritarismo (…) Tanto en la dictadura como el estallido, escogió la salida institucional de dar poder a la ciudadanía mediante el voto”, planteó la socialista, quien destacó que fue Piñera el que encargó el informe a la ONU sobre las violaciones a los derechos humanos durante el estallido social, un momento muy complejo en su segundo mandato. “Fue en la presidencia que Piñera pago el precio más alto de ser autoridad, porque hay que tomar decisiones dolorosas y el escrutinio público es implacable”.
Tras el discurso de las autoridades, Magdalena Piñera Morel, la hija mayor del expresidente, tomó la palabra con un breve discurso. “Espero que este homenaje sirva para que resurja la unidad y la amistad cívica en este país”, ha declarado.
El salmo de un sobreviviente del accidente
Una vez finalizado el acto en el exCongreso nacional, el cuerpo del expresidente fue trasladado hasta la catedral metropolitana, en donde se ha realizado la ceremonia religiosa. Un poco antes de la homilía encabezada por el arzobispo de Santiago, Fernando Chomalí, intervinieron algunos de los cercanos al fallecido político. Uno de los momentos más emotivos fue la lectura del salmo de parte del empresario Ignacio Guerrero, uno de los mejores amigos del exmandatario y un sobreviviente del accidente del lago Ranco.
Durante la misa, Chomalí ha manifestado su esperanza de que tanto la inesperada muerte del expresidente como los trágicos incendios de Viña del Mar “contribuyan a generar un país más unido, más fraterno y más justo”. “Sebastián Piñera sirvió a Chile con fuerza, ahínco y convicción. Como todo ser humano se pudo haber equivocado, pudo haber cometido errores, algunas cosas las pudo haber hecho de otra manera, pero lo que no se pone en duda es su buena fe y recta intención”, ha enfatizado el sacerdote, que también compartió un saludo enviado por el papa Francisco.
La ceremonia continuó con la intervención de los familiares del Piñera, entre ellos su hermano mayor José, quien había estado ausente de los actos del miércoles y jueves, y con quien el exmandatario tenía una relación distante. También aparecieron los exministros Gonzalo Blumel y Rodrigo Hinzpeter, los dos colaboradores más cercanos de sus dos gobiernos. Otro momento emocionante fue el discurso de Luis Urzúa, uno de los 33 mineros que fueron rescatados desde la mina San José en una histórica operación encabezada por la primera Administración del exgobernante. “Queremos darle nuestro sincero adiós a nuestro Presidente, gracias a él fuimos rescatados, gracias a él hoy podemos dar nuestro testimonio, usted nos sacó de la tierra, dejó muchas cosas que hacer, pero estuvo ahí acompañando a nuestras familias. Hoy hay 33 banderas y no 33 cruces”, ha dicho Urzúa, en compañía de otros de los trabajadores rescatados. Las palabras finales vinieron de parte de dos de los nietos y de los hijos de la difunta autoridad.
Tras la ceremonia religiosa, el ataúd de Piñera fue sacado en un cortejo fúnebre con dirección al Palacio de La Moneda, en donde recibió los últimos reconocimientos por parte de los ciudadanos que se encontraban en el centro de Santiago. Al llegar a la sede de Gobierno, la caravana recibió el homenaje del propio presidente Boric y de la guardia de palacio compuesta por Carabineros. El recorrido avanzó hacia el cementerio Parque del Recuerdo en el municipio de Huechuraba, al norte de la ciudad, donde la familia realizará una ceremonia final íntima. Antes de su arribo al camposanto, la carroza ha sido llenada de pétalos de flores por parte de los trabajadores de la Pérgola de las Flores, cumpliendo con una tradición chilena de los funerales de personas de alta visibilidad pública.
La semana del adiós a Piñera ha estado marcada por una actitud republicana y las muestras de cariño de los ciudadanos. En un gesto fuera del protocolo, el presidente Boric, acompañado de tres ministros, aguardó el miércoles la llegada del féretro en la pista de aterrizaje del Grupo 10 de la Fuerza Aérea, proveniente desde Valdivia, 850 kilómetros al sur de Santiago. Las autoridades oficialistas también recibieron afectuosamente a la viuda del exmandatario, Cecilia Morel, sus cuatro hijos y algunos de los nietos. La familia Piñera ha agradecido las muestras de cariño del actual presidente, quien se refirió al fallecido como “un demócrata desde la primera hora”.
La repentina muerte del primer presidente derecha desde el retorno a la democracia en 1990 ha conmocionado al país sudamericano, que acudió en masa a despedirlo. Se estima que más de 12.000 personas llegaron hasta el antiguo Congreso en el centro de Santiago durante los días de duelo nacional para rendirle homenaje. Hasta la noche del jueves, las filas se extendían por varias calles, con gente que portaba banderas chilenas y fotografías del expresidente. Estaba previsto que las puertas se cerrarán este jueves a las 18.00 horas para realizar un acto de su coalición, Chile Vamos. Pero la multitud era tal, que suspendieron el homenaje para que la gente ingresara. La hora de cierre se extendió hasta la medianoche.
La gente de pie, bajo el sol inclemente del verano chileno, recordaba emocionada y agradecida los hitos de las dos Administraciones de Piñera: su gestión para la reconstrucción del país tras el devastador terremoto de 2010, el rescate de los 33 mineros enterrados bajo tierra –algunos de ellos también llegaron al velatorio–, y la gestión de la pandemia, donde su talento empresarial hizo negociar antes que nadie en Latinoamérica las vacunas con los laboratorio, entre otros hitos. Algunos de sus simpatizantes lo tildaban de “un héroe”.
Sobre el momento más complejo de su segundo mandato, el estallido social de 2019, sus compañeros de ruta y colaboradores destacaron durante estos días su compromiso con la democracia cuando esta peligraba producto de una fuerte violencia en las calles. Piñera llegó a tener un 6% de aprobación en aquella época y dejó La Moneda con sus opositores y algunos de los suyos insatisfechos con su gestión. En los últimos meses, sin embargo, su figura había recobrado un liderazgo importante dentro de su sector, incluso, aparecía, después de la alcaldesa de la UDI Evelyn Matthei, de la derecha tradicional, como uno de los favoritos para presentarse a las presidenciales de 2025. Era una voz escuchada en influyente y su círculo más íntimo ha asegurado que estaba feliz, en un muy buen momento personal y profesional.
La mayor parte de los dos Gabinetes de Piñera acudieron a la despedida en el exCongreso. Muchos de ellos fueron guardias de honor junto al féretro, al igual que ministros del actual Gobierno de Boric y autoridades de derecha y también de izquierda, dejando imágenes de respeto y unidad en medio de una crispación política marcada por la contingencia. Por supuesto, también estuvo presente la familia, que sacó aplausos y gritos de apoyo entre los presentes.
El expresidente Lagos anunció esta mañana que no participaría a la ceremonia, presentando sus excusas ante la viuda Cecilia Morel. “Es mi deseo acompañarlos en el día de hoy. Con todo, por las razones que compartí la semana pasada con el país, no resulta aconsejable mi asistencia de la manera que yo hubiera querido”, escribo el mandatario en relación al retiro de su vida pública.