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Elecciones en Guatemala: acusaciones de fraude adelantado, bloqueo de candidatos y persecución de periodistas

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El cuestionado tribunal electoral canceló las candidaturas de oposición a los grupos dominantes mientras el país se despide de Alejandro Giammattei, el impopular presidente que acaparó el control del aparato estatal.

Por Infobae

Alejandro Giammattei, el médico que recién había ascendido a la presidencia de Guatemala, se paró frente al podio adornado con el escudo nacional para dar la noticia que marcó el primer año de su mandato: “Debo anunciar la llamada que jamás hubiera querido recibir… En este momento declaro que es oficial la entrada del coronavirus…”. Era el 13 de marzo de 2020 y Guatemala estaba por cerrar todas sus fronteras para enfrentar la pandemia de Covid-19. A partir de entonces, Giammattei aparecía semanalmente en una conferencia televisada en la que sus compatriotas se enteraban de medidas como toques de queda y cercos sanitarios. Esos fueron los meses buenos del presidente.

Cuando, a principios de 2021, las restricciones por Covid-19 se habían levantado, su gobierno estaba ya envuelto en el primer gran escándalo de corrupción, la compra de vacunas rusas sobrevaluadas, con dinero público del que nadie dio cuenta, en lotes que nunca llegaron a Guatemala. Fue la primera cuenta en un largo rosario que este domingo verá el primer día de su final: el 25 de junio hay elecciones generales en el país centroamericano; 9.4 millones de guatemaltecos están registrados para votar y elegir a quien reemplazará a Giammattei.

Serán unas elecciones muy competidas. A pocas horas de que las urnas abran, no hay un favorito claro. Tres candidatos se han turnado en los primeros cuatro lugares según las encuestas publicadas durante las últimas semanas: Sandra Torres, Zury Ríos y Edmond Mulet.

Torres, del partido Unión Nacional de la Esperanza (UNE), fue primera dama de Guatemala entre 2008 y 2012, cuando estaba casada con Álvaro Colom, presidente en aquellos años. Durante la presidencia de su entonces esposo, Torres estuvo a cargo de los programas sociales del gobierno, lo que en los años posteriores le dio mucha raigambre política. Antes de que Colom saliera del gobierno, Sandra Torres inició los trámites de divorcio para poder competir en las presidenciales de 2011, algo que los tribunales le negaron.

La ex primera dama, sin embargo, logró inscribirse en las presidenciales de 2015, donde encabezó los resultados en primera vuelta pero perdió en el balotaje contra Jimmy Morales, un comediante televisivo que gobernó Guatemala hasta 2020. En 2019 le pasó lo mismo: compitió en primera vuelta y perdió en la segunda contra Giammattei. Hoy, la mayoría de las encuestas la dan como favorita a ganar el domingo, pero, de nuevo, los sondeos le dan menos oportunidades en una eventual segunda ronda.

De hecho, de acuerdo con la mayoría de las mediciones publicadas en Guatemala hasta la fecha, las presidenciales no se resolverán en primera vuelta debido a la fragmentación del voto. En principio se inscribieron 22 candidaturas presidenciales, de las cuales al menos 3 fueron ya bloqueadas por el Tribunal Supremo Electoral o las cortes del país.

De las candidaturas que sobreviven, además de la de Sandra Torres, una de las que se ha mantenido en los primeros lugares es la de Zury Ríos Sosa, la hija del dictador militar Efraín Ríos Montt. Ríos Sosa, de la coalición de derechas Valor-Unionista, se mantuvo en el primer lugar de preferencias durante las semanas que siguieron a la convocatoria a elecciones el pasado 20 de enero, con números cercanos al 20% de las preferencias, pero la candidatura se fue desinflando hasta ubicarse, en los últimos días, entre el segundo y el tercer lugar según sea la encuesta, con números ya por debajo del 10% de preferencias.

Ríos Montt, el padre de la candidata, llegó al poder en 1982 tras un golpe de Estado y gobernó de forma sangrienta hasta 1983. Eran los tiempos más violentos del conflicto armado interno en Guatemala, durante los que el dictador presidió el genocidio de poblaciones Maya Ixil, según lo determinó la justicia local en 2013. Zury Ríos hizo su carrera política a la sombra de su padre y, con el partido que él fundó, el Frente Republicano Guatemalteco, fue diputada en el Congreso.

Zury Ríos, como Sandra Torres, compitió en la presidencial de 2015, pero apenas alcanzó el 5º lugar con menos del 6% de los votos. Intentó competir en 2019, pero una resolución de la corte constitucional lo impidió al invocar la previsión que impide a familiares de golpistas participar en elecciones presidenciales. Desde que perdió aquel año, Ríos Sosa se mantuvo activa y consolidó su influencia en las cortes y el Congreso del país, lo que le permitió colocar al abogado Roberto Molina Barreto, su vicepresidenciable en 2019, en la Corte de Constitucionalidad y, con ello, impedir un nuevo bloqueo a su candidatura de este año.

Con posibilidades de colarse en segunda vuelta aparece también Edmond Mulet, un ex diplomático que trabajó junto al ex secretario general de Naciones Unidas Ban Ki Moon en misiones de paz y fue presidente del Congreso de su país. En los 80, fue acusado de pertenecer a una red de adopción ilegal de menores que luego eran vendidos a extranjeros, acusaciones por las que fue detenido pero nunca juzgado. Participó en las presidenciales de 2019 y obtuvo el 11% de los votos. Hoy, tras el bloqueo de otras candidaturas que aparecían en los primeros lugares -en algún momento incluso por encima de las candidatas principales-, Mulet parece haber capitalizado las intenciones de voto en zonas urbanas.

Mulet, quien se presenta como centrista, tampoco es extraño al poder tradicional en Guatemala. Según una investigación reciente del diario digital Prensa Comunitaria, miembros de Cabal, el partido del ex diplomático, se han beneficiado de contratos millonarios con los dos últimos gobiernos.

Había otros candidatos, entre ellos los del único movimiento con amplia representación indígena maya, que en su momento se desempeñaron mejor que Mulet en las encuestas, pero fueron bloqueados. El asunto encendió las primeras señales de alarma sobre la legitimidad de las elecciones guatemaltecas.

El fraude adelantado
Jordán Rodas fue procurador de derechos humanos en Guatemala hasta agosto de 2022. Después fue candidato a rector de la Universidad de San Carlos, estatal y una de las más antiguas del continente. Crítico del gobierno de Giammattei y cuestionado por las élites empresariales y políticas, Rodas fue víctima de un fraude en las elecciones universitarias: operadores políticos, algunos asociados con el gobierno Giammattei, bloquearon a electores de Rodas y auparon a Alejandro Córdova, un acólito del oficialismo, como rector. La historia del fraude contra Rodas se repetiría pocos meses después.

A finales de 2023, el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), una organización indígena con presencia en todo el país, postuló a la lideresa Maya Mam Thelma Cabrera como presidenciable y a Rodas a la vicepresidencia. Desde enero, sin embargo, a través de una compleja argucia legal ejecutada a través del TSE y las cortes del país -dominadas por Giammattei y los grupos afines a su mandato- bloquearon a Rodas y la candidatura del MLP.

El 27 de enero pasado, de gira en Washington, DC para denunciar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH), en el Congreso estadounidense y en el Departamento de Estado la exclusión de su candidatura, Rodas fue el primero en anunciar que, de no incluir la candidatura del MLP -que en un momento llegó a aparecer con posibilidades de entrar al balotaje- Guatemala se encaminaba a un escenario de fraude.

“Denuncié públicamente el fraude porque se está limitando el derecho a la participación política, garantizado en el Pacto de San José, como oportunamente lo hizo saber la CIDH, en caso de no haber una sentencia en firme y en mi caso solo hubo una denuncia espuria”, dijo Rodas a Infobae en una charla telefónica.

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