Darren tenía muchos motivos para salvar su vida, entre otras cosas su esposa está embarazada.
Foto Cortesía
Lo último que llegó a decir el piloto fue: “Me siento mal”. Luego, se desplomó sobre el tablero del avión monomotor Cessna 208 y la nave se inclinó cayendo en picada. Darren Harrison, que viajaba en uno de los asientos para pasajeros, tuvo solo unos pocos minutos para reaccionar antes de que el avión se estrellara contra el suelo.
Por: Clarín
El hombre de 39 años, que trabaja como diseñador de interiores de una empresa de Florida (Estados Unidos), había viajado junto a su amigo rumbo a Bahamas en una divertida salida de pesca. Pero de pronto la realidad había dado un vuelco dramático y su vida y la del piloto estaba en serio riesgo.
Darren sabía algo de aviación pero no tenía experiencia como piloto y mucho menos en esa nave de tamaño intermedio. Pero no tuvo opción, debía intentar algo porque sino moriría. Subió hasta la cabina trepando por las tres filas de asientos, sacó al piloto de su butaca y se puso los auriculares para contactarse con la torre de control. Todo mientras el avión se dirigía hacia el piso.
“El piloto estaba desplomado sobre los controles y lo empujó hacia atrás, para moverlo de su asiento. Luego agarró los controles y tiró el avión hacia atrás para que saliera de la picada descendente en la que estaba”, relató Robert “Bobby” Morgan, el controlador aéreo e instructor de vuelo, que asistió a Darren desde la torre de control del aeropuerto Internacional de Palm Beach.
Según contó al ciclo televisivo “Today”, Morgan trataba de mantener la calma y de transmitirle tranquilidad a Harrison, que por lo menos ahora había logrado enderezar el avión. Todavía con las chancletas con las que había pescado en las aguas de Bahamas, el hombre tenía muchos motivos para salvar su vida, entre otras cosas su esposa está embarazada.
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