Tegucigalpa – El general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, ha reiterado su lealtad incondicional a la presidenta Xiomara Castro y a la ministra de Defensa, Rixi Moncada. En medio de crecientes críticas y la posibilidad de ser interpelado por el Congreso Nacional, Hernández dejó claro que su compromiso es únicamente con la comandancia general y no con otros actores políticos.
«Mi honor, mi lealtad y mi sacrificio están con la comandante general de las Fuerzas Armadas y presidenta constitucional de la República, Iris Xiomara Castro Sarmiento, y con la ministra de Defensa, la abogada Rixi Moncada. De ahí, yo no escucho ni atiendo a nadie más», declaró el general Hernández, respondiendo al «ruido» generado por la intención del Congreso de interpelarlo.
Desde hace más de un mes, diputados del Congreso Nacional han anunciado su deseo de cuestionar al jefe militar por expresar públicamente simpatías hacia las políticas del gobierno actual. Sin embargo, esta petición no se ha formalizado, y según informes, la ministra Moncada se opone a que Hernández se reúna con los legisladores sin su presencia.
Ante la posibilidad de presentarse ante el Congreso, Hernández fue categórico: «Sí, así lo haría. Yo no tengo ningún problema con eso. No cumplir me podría acarrear un problema a mí; lo demás me tiene sin cuidado».
Cuestionamientos y defensa de su posición
El comportamiento mediático del general ha sido objeto de críticas por parte de diversos sectores que lo acusan de parcialidad política. A pesar de ello, Hernández insiste en que su conducta se ajusta a los principios institucionales y niega cualquier inclinación proselitista.
«No somos proselitistas, no llevamos agua para ningún partido, ni siquiera para el partido de gobierno o cualquier partido de oposición. Nuestro objetivo y misión están reflejados en la Constitución de la República. Somos leales, honorables y sacrificables por la democracia», afirmó.
No obstante, sus declaraciones iniciales, donde enfatizó que su lealtad y sacrificio eran exclusivamente para la presidenta Castro y la ministra Moncada —quien también es precandidata presidencial por el partido LIBRE— han generado dudas sobre su imparcialidad.
«Este servidor no tiene ninguna intención de hacer proselitismo por ningún partido, solamente cumplir fielmente lo que establece la Constitución», reiteró Hernández. Justificó sus comentarios previos señalando que abordó temas como la ley de justicia tributaria en actos públicos porque son asuntos que deben cambiar para el bien común. «Debemos ser consecuentes con esta política, porque es una política de bien común», subrayó.
El jefe militar hizo un llamado a la población para discernir quiénes se oponen al progreso del país. «Aquellos que se opongan tendrán sus intereses, y es ahí donde el hondureño debe saber quiénes son los verdaderos enemigos de la democracia, enemigos de estas instituciones que buscan dirigir la justicia en el país», manifestó.
Hernández también lamentó que no se le permita dialogar directamente con los diputados del Congreso Nacional, quienes aprobaron sus ascensos militares, sin la presencia de la ministra de Defensa.
Estrategias contra la delincuencia y obstáculos legales
En el marco de una visita a los familiares de un miembro de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) fallecido en un enfrentamiento con presuntos pandilleros, el general abordó la problemática de la delincuencia en el país. Señaló que las Fuerzas Armadas están implementando estrategias de control sectorial para combatir a los grupos criminales, pero enfrentan limitaciones.
«No hemos podido construir las cárceles, pero vamos a lograrlo. Buscaremos otra forma de hacerlo. Necesitamos forzosamente, es imperativo, el cambio en las leyes», declaró, refiriéndose a la necesidad de reformar el Código Penal y el Código Procesal Penal.
Hernández reconoció que las Fuerzas Armadas están atadas por los actuales sistemas legales. «Somos respetuosos, somos profesionales de las leyes, pero encontramos ciertos obstáculos para poder hacer esos cambios estructurales en el Congreso Nacional», explicó.
Las declaraciones del general Roosevelt Hernández han avivado el debate sobre el rol de las Fuerzas Armadas en la política hondureña y su relación con el poder civil. Mientras algunos sectores cuestionan su aparente alineación con el gobierno, otros defienden su derecho a expresarse sobre asuntos de interés nacional.
