Tegucigalpa – Se ha hablado mucho del caso de la prisión hondureña, pero no se ha hecho mucho, dice el criminólogo Herman Vogelsang.
“Desgraciadamente están haciendo lo mismo de lo mismo y por eso tienen los mismos resultados”, dijo. Julissa Villanueva, la recién nombrada viceministra de seguridad y auditora jefe, se centrará en las carencias del gobierno en las cárceles, y el martes presentará su primer informe sobre las medidas a tomar.
Pero lo que preocupa a los criminólogos no es qué medidas se tomarán, sino cuánto durarán, porque en Honduras “Desgraciadamente están haciendo lo mismo de lo mismo y por eso tienen los mismos resultados”, dijo.
Además, dijo, “por el miedo que le tienen en el país a los derechos humanos, van a ser medidas blandengues: controles estrictos en las entradas, scanner para detección de metales y las mismas tonteras que ya el país tiene pero que con el tiempo se olvidan”.
Según él, en los primeros seis meses se tomarán medidas, mientras que en el séptimo mes la situación será similar a los enfrentamientos simultáneos en cuatro cárceles una semana antes de Semana Santa, que se saldaron con 1 muerto y 11 heridos. Los delincuentes señalaron que todo el mundo sabe que las cárceles son lugares donde se venden vinos finos, mujeres y mercancías ilegales.
“No me extraña a mí, lo único que falta es que pongan una piscina en el patio, si es que ya la tienen. Aquí las cárceles son lugares turísticos, no se está pagando ninguna pena a la sociedad, viven mejor que cuando estaban fuera de la cárcel, entonces así nunca van a poner orden”.
Al final, advirtió, tendrán que demostrar que realmente quieren poner orden, pero «lo dudo», advirtió, “nunca me he equivocado en tanta entrevista que he dado, casi siempre le pego porque el problema es nuestra cultura, la corrupción, la impunidad que rige en el país, que es la que hace que el crimen organizado sea un paraíso en Honduras”.