Tegucigalpa – Un presunto narcotraficante hondureño, Mario Rojel Urbina Miranda, fue extraditado a los Estados Unidos el pasado miércoles en medio de un fuerte dispositivo de seguridad.
Rojel Urbina, quien había sido capturado el 18 de febrero en Copán, fue trasladado desde la Dirección Nacional de Fuerzas Especiales (DNFE) a la base aérea Hernán Acosta Mejía, donde lo esperaba un avión de la DEA.
El acusado enfrenta cargos por tráfico de drogas y lavado de activos, y es el extraditado número 38 desde la reforma constitucional en enero de 2012.
Según el portavoz de la Secretaría de Seguridad, Edgardo Barahona, Rojel Urbina era parte de una organización criminal derivada del clan de los Valles Valle en Copán, conocida como «nuevas generaciones».
La captura del presunto delincuente fue el resultado de una operación dirigida contra los miembros de este grupo criminal.
La extradición del acusado se produce después de que un juez hondureño concediera la solicitud de extradición presentada por el gobierno estadounidense.
En su segunda audiencia ante un juez de extradición, Rojel Urbina pidió que se acelerara su proceso para responder ante la justicia norteamericana. El ciudadano hondureño, de 41 años, es acusado por la Corte del Distrito de Virginia por delitos de narcotráfico y lavado de activos.
La extradición de Rojel Urbina se enmarca en los esfuerzos de Honduras para combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada, que han afectado seriamente la seguridad del país en los últimos años.
El gobierno hondureño ha trabajado en estrecha colaboración con los Estados Unidos y otros países de la región para desmantelar las redes criminales y extraditar a sus líderes.
