Tegucigalpa – En una reveladora declaración sobre la situación actual del sistema penitenciario hondureño, el director del INP, Ramiro Muñoz, reconoció que el bloqueo de señales telefónicas en las cárceles del país no ha alcanzado la efectividad total deseada, a pesar de los esfuerzos realizados hasta el momento.
Según Muñoz, actualmente se mantiene una doble batalla en el control de las comunicaciones: por un lado, combatiendo los intentos de introducir dispositivos al interior de los centros penales, y por otro, implementando medidas de bloqueo desde el exterior. Esta situación persiste en diversos centros penitenciarios, incluyendo los ubicados en Támara, PNFAS, Morocelí, Ilama, Siria, El Progreso, Choluteca y Danlí, donde se han implementado intervenciones en las señales de comunicación.
El funcionario destacó la colaboración existente entre el INP y la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), junto con las empresas telefónicas, para abordar esta problemática. Muñoz proyectó que en el próximo mes se logrará un bloqueo total de señales en todos los centros penitenciarios del país, lo que representaría un avance significativo en la lucha contra la extorsión.
La gravedad de la situación se evidencia en los continuos intentos de introducir tarjetas SIM en las cárceles durante los fines de semana, lo que confirma la persistencia de brechas en el sistema de seguridad. Sin embargo, Muñoz se mantiene optimista sobre la posibilidad de alcanzar lo que describe como un «sueño» de la población hondureña: eliminar la extorsión originada desde los centros penales.
Este esfuerzo representa un paso crucial en la estrategia nacional para combatir la extorsión y mejorar la seguridad pública, aunque los desafíos actuales subrayan la complejidad de implementar medidas efectivas de control en el sistema penitenciario hondureño.