Pero lo desestimaron por considerarlo aspiracional, demasiado difícil de llevar a cabo.
Funcionarios israelíes obtuvieron el plan de batalla de Hamás para el atentado terrorista del 7 de octubre más de un año antes de que se produjera, según muestran documentos, correos electrónicos y entrevistas. Pero los funcionarios militares y de inteligencia israelíes desestimaron el plan por considerarlo aspiracional, demasiado difícil de llevar a cabo para Hamás.
El documento de aproximadamente 40 páginas, que las autoridades israelíes denominaron en clave «Muralla de Jericó», esbozaba, punto por punto, exactamente el tipo de invasión devastadora que provocó la muerte de unas 1.200 personas.
El documento traducido, revisado por The New York Times, no fijaba una fecha para el ataque, pero describía un asalto metódico diseñado para superar las fortificaciones que rodean la Franja de Gaza, tomar ciudades israelíes y asaltar bases militares clave, incluido un cuartel general de división.
El plan se cumplió al pie de la letra
Hamás siguió el plan con una precisión asombrosa. El documento preveía una descarga de cohetes al comienzo del ataque, drones para destruir las cámaras de seguridad y ametralladoras automáticas a lo largo de la frontera, y hombres armados que entraran en masa a Israel en parapentes, motos y a pie, todo lo cual ocurrió el 7 de octubre.
El plan también incluía detalles sobre la ubicación y el tamaño de las fuerzas militares israelíes, los nudos de comunicaciones y otra información sensible, lo que plantea interrogantes sobre cómo Hamás había reunido esa inteligencia y si había filtraciones dentro del sistema de seguridad israelí.
El documento circuló ampliamente entre los jefes militares y de inteligencia israelíes, pero los expertos determinaron que un ataque de esa escala y ambición estaba fuera de las capacidades de Hamás, según documentos y funcionarios. No está claro si el primer ministro Benjamin Netanyahu u otros altos dirigentes políticos también vieron el documento.
El año pasado, poco después de que se obtuviera el documento, funcionarios de la división de Gaza del ejército israelí, responsable de defender la frontera con Gaza, dijeron que las intenciones de Hamás no estaban claras.
«Todavía no es posible determinar si el plan ha sido plenamente aceptado y cómo se manifestará», rezaba una evaluación militar revisada por el Times.
La advertencia de una analista tres meses antes
Luego, en julio, sólo tres meses antes de los ataques, una experimentada analista de la Unidad 8200, la agencia de inteligencia de señales de Israel, advirtió que Hamás había llevado a cabo un intenso ejercicio de entrenamiento de un día de duración que parecía similar a lo descrito en el plan.
Pero un coronel de la división de Gaza desestimó sus preocupaciones, según los correos electrónicos cifrados consultados por el Times.
«Refuto rotundamente la idea de que el escenario sea imaginario», escribió la analista en los intercambios de correos electrónicos. El ejercicio de entrenamiento de Hamás, dijo, coincidía plenamente con «el contenido de la Muralla de Jericó».
«Es un plan diseñado para iniciar una guerra», añadió. «No es sólo un asalto a un pueblo».
Los oficiales reconocen en privado que, si el ejército se hubiera tomado en serio esas advertencias y hubiera redirigido importantes refuerzos hacia el sur, donde Hamás atacó, Israel podría haber mitigado los ataques o incluso haberlos evitado.
En cambio, el ejército israelí estaba poco preparado mientras los terroristas salían en tropel de la Franja de Gaza. Fue el día más mortífero de la historia de Israel.
Los responsables de seguridad israelíes ya han reconocido que no lograron proteger al país, y se espera que el gobierno cree una comisión para estudiar los acontecimientos que llevaron a los atentados. El documento sobre la Muralla de Jericó deja al descubierto una cascada de errores cometidos a lo largo de un año que culminó en lo que los funcionarios consideran ahora la peor falla de los servicios de inteligencia israelíes desde el ataque sorpresivo que llevó a la guerra árabe-israelí de 1973.
En la base de todas esas fallas estaba la creencia, fatalmente errónea, de que Hamás carecía de capacidad para atacar y no se atrevería a hacerlo. Esa creencia estaba tan arraigada en el gobierno israelí, según los funcionarios, que hicieron caso omiso de las crecientes pruebas de lo contrario.
El ejército israelí y la Agencia de Seguridad Israelí, encargada de la lucha antiterrorista en Gaza, no accedieron a efectuar declaraciones.
Los funcionarios no quisieron decir cómo obtuvieron el documento de la Muralla de Jericó, pero estaba entre varias versiones de planes de ataque recopilados a lo largo de los años. Un memorando del Ministerio de Defensa de 2016 visto por el Times, por ejemplo, dice: «Hamás tiene la intención de trasladar el próximo enfrentamiento a territorio israelí».
Tal ataque implicaría muy probablemente la toma de rehenes y «la ocupación de una comunidad israelí (y tal vez incluso de varias comunidades)», dice el memorando.
El documento de la Muralla de Jericó, llamado así por las antiguas fortificaciones de la actual Cisjordania, era aún más explícito. Detallaba ataques con cohetes para distraer a los soldados israelíes y hacer que se apresuraran a entrar en los búnkeres y drones para desactivar las complejas medidas de seguridad a lo largo de la valla fronteriza que separa Israel de Gaza.
Los combatientes de Hamás atravesarían entonces 60 puntos del muro, irrumpiendo a través de la frontera con Israel. El documento comienza con una cita del Corán: «Sorpréndelos a través de la puerta. Si lo hacéis, sin duda venceréis».
La misma frase ha sido ampliamente utilizada por Hamás en sus videos y declaraciones desde el 7 de octubre.
Uno de los objetivos más importantes esbozados en el documento era invadir la base militar israelí de Re’im, sede de la división de Gaza encargada de proteger la región. También se enumeraban otras bases que estaban bajo el mando de la división.
Hamás cumplió ese objetivo el 7 de octubre, arrasando Re’im e invadiendo partes de la base.
La audacia del plan, según los oficiales, hizo que fuera fácil subestimarlo. Todos los ejércitos elaboran planes que nunca utilizan, y los funcionarios israelíes estimaron que, aun cuando Hamás invadiera, sólo podría reunir una fuerza de unas pocas decenas de hombres, no los cientos que finalmente atacaron.
Israel también había malinterpretado las acciones de Hamás. El grupo había negociado permisos para que los palestinos pudieran trabajar en Israel, lo que los funcionarios israelíes interpretaron como una señal de que Hamás no buscaba una guerra.
Pero Hamás había estado elaborando planes de ataque durante muchos años y los funcionarios israelíes se habían hecho con versiones anteriores de los mismos. Lo que podría haber sido un golpe de inteligencia se convirtió en uno de los peores errores de cálculo de los 75 años de historia de Israel.
En septiembre de 2016, la oficina del ministro de Defensa recopiló un memorando supersecreto basado en una versión muy anterior de un plan de ataque de Hamás. El memorando, que fue firmado por el ministro de Defensa en ese momento, Avigdor Lieberman, decía que una invasión y toma de rehenes «conduciría a un grave daño a la conciencia y la moral de los ciudadanos de Israel».
El memorando, que fue visto por el Times, decía que Hamás había comprado armas sofisticadas, inhibidores de GPS y drones. También decía que Hamás había aumentado su fuerza de combate a 27.000 personas, habiendo añadido 6.000 a sus filas en un periodo de dos años. Hamás esperaba alcanzar los 40.000 combatientes en 2020, según el memorando.
El año pasado, después de que Israel obtuviera el documento de la Muralla de Jericó, la división militar de Gaza redactó su propia evaluación de inteligencia sobre este último plan de invasión.
Hamás había «decidido planear una nueva incursión, sin precedentes en su alcance», escribieron los analistas en la evaluación revisada por el Times. Decía que Hamás pretendía llevar a cabo una operación de engaño seguida de una «maniobra de gran escala» con el objetivo de arrollar a la división.
Pero la división de Gaza se refirió al plan como una «brújula». En otras palabras, la división determinó que Hamás sabía adónde quería ir pero aún no había llegado allí.
El 6 de julio de 2023, la experimentada analista de la Unidad 8200 escribió a un grupo de otros expertos en inteligencia que decenas de comandos de Hamás habían realizado recientemente ejercicios de entrenamiento, con altos mandos de Hamás como observadores.
El entrenamiento incluía un simulacro de derribo de aviones israelíes y la toma de un kibutz y una base de entrenamiento militar, matando a todos los cadetes. Durante el ejercicio, los combatientes de Hamás utilizaron la misma frase del Corán que aparecía en la parte superior del plan de ataque de la Muralla de Jericó, escribió en los intercambios de correos electrónicos vistos por el Times.
La analista advirtió que el simulacro seguía de cerca el plan de la Muralla de Jericó y que Hamás estaba reuniendo la capacidad para llevarlo a cabo.
El coronel de la división de Gaza aplaudió el análisis pero dijo que el ejercicio formaba parte de un escenario «totalmente imaginativo», no una indicación de la capacidad de Hamás para llevarlo a cabo.
«En resumen, esperemos pacientemente», escribió el coronel.
El tira y afloja continuó, en tanto algunos colegas apoyaron la conclusión original de la analista. Pronto ella hizo referencia a las lecciones de la guerra de 1973, en la que los ejércitos sirio y egipcio arrollaron las defensas israelíes. Las fuerzas israelíes se reagruparon y repelieron la invasión, pero la falla de los servicios de inteligencia desde hace mucho sirve de lección para los responsables de seguridad israelíes.
«Ya sufrimos una experiencia similar hace 50 años en el frente sur en relación con un escenario que parecía imaginario y la historia puede repetirse si no tenemos cuidado», escribió la analista a sus colegas.
Aunque ominoso, ninguno de los correos predecía que la guerra fuera inminente. La analista tampoco cuestionó la opinión generalizada entre los servicios de inteligencia israelíes de que Yahya Sinwar, el líder de Hamás, no estaba interesado en una guerra con Israel. Pero evaluó correctamente que las capacidades de Hamás habían mejorado drásticamente. La brecha entre lo posible y lo deseable se había reducido considerablemente.
Las fallas a la hora de unir los puntos eran un reflejo de otra falla analítica de hace más de dos décadas, cuando las autoridades estadounidenses también tenían múltiples indicios de que el grupo terrorista Al Qaeda estaba preparando un atentado. Los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center y el Pentágono fueron en gran medida una falla de análisis e imaginación, según concluyó una comisión gubernamental.
«La falla de la inteligencia israelí el 7 de octubre se parece cada vez más a nuestro 11-S», dijo Ted Singer, un alto funcionario de la CIA retirado hace poco que trabajó extensamente en Oriente Medio. «La falla es una laguna en el análisis para pintar un cuadro convincente a los líderes militares y políticos de que Hamás tenía la intención de lanzar el ataque cuando lo hizo».