Tegucigalpa – La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), reunida en asamblea plenaria, realiza una profunda reflexión sobre los desafíos que enfrenta la niñez en el país, en particular, la influencia de la ideología de género y su impacto en el sistema educativo, a través de una ley aprobada recientemente.
En un comunicado emitido, los obispos expresan su preocupación por el enfoque que se está dando al tema de la identidad de género en los centros educativos. Destacan que han elevado sus oraciones por todo el «Pueblo de Dios y cada familia cristiana».
Además, han reflexionado sobre los peligros que amenazan la integridad y el valor sagrado de la institución familiar y matrimonial, especialmente aquellos que afectan a la niñez y juventud, como es el caso de la ideología de género o perspectiva de género, que desestabiliza la familia natural, según lo indicado en el comunicado.
Los obispos subrayan la importancia de su papel como pastores de la Iglesia y de la comunidad cristiana, quienes han recibido la misión de transmitir el Evangelio de Cristo. Invitan a la población a comprometerse de manera firme y proactiva en la transmisión de valores humanos y cristianos, especialmente en el seno de la familia.
En este contexto, enfatizan que en la actualidad, nuestros niños y jóvenes necesitan ser educados de manera adecuada y oportuna acerca de la dignidad, los roles y la práctica del amor conyugal. De esta manera, podrán ser formados en la defensa y protección de la vida humana, apreciar la grandeza y belleza de la familia, y dar testimonio de una vida cristiana plena y llena de alegría en Cristo.
Asimismo, los obispos exhortan a todo el Pueblo de Dios y a todas las personas de buena voluntad a unirse en la lucha por el futuro del país y promover leyes que reconozcan la primacía inviolable de la vida humana, el matrimonio y la familia, tal y como lo ha dispuesto el Señor. Citando las palabras del Evangelio, recuerdan: «¿No han leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra, y que dijo: ‘Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?'»
En el mismo sentido, hacen un llamado a salvaguardar el derecho inalienable de los padres de familia para educar a sus hijos en estos valores fundamentales, los cuales están profundamente arraigados en los hogares cristianos.
Por último, se dirigen a los organismos internacionales y les solicitan respeto hacia los valores y tradiciones de los pueblos, instándolos a no condicionar ninguna ayuda utilizando la pobreza como moneda de cambio.