Tegucigalpa – El escenario legislativo en Honduras continúa sumido en la agitación y el bullicio, y este jueves no fue la excepción.
Una vez más, se desencadenó una jornada caótica, marcada por un guion premeditado por los líderes de las principales fuerzas políticas del país, dejando en claro que la calma sigue siendo esquiva en este ámbito.
La bancada del Partido Nacional, en su búsqueda por hacer oír sus demandas, volvió a perturbar la tranquilidad de la sesión con pitos y protestas.
Esta vez, la intransigencia entre el oficialismo liderado por Luis Redondo y el Partido Libre contribuyó a la creación de un ambiente enrarecido.
Desde el inicio de la sesión, se podía percibir que el ambiente estaba tenso, con la ausencia notable de varios diputados liberales y nacionalistas, entre ellos su jefe de bancada, Tomás Zambrano.
El presidente del Poder Legislativo, Luis Redondo, estableció desde el principio su posición de no otorgar la palabra a la bancada nacionalista hasta después de la elección del Fiscal General.
Este gesto provocó una respuesta contundente por parte de los nacionalistas, quienes decidieron continuar con su “protesta legislativa”.
La palabra fue finalmente cedida al subjefe de la bancada nacionalista, Nelson Márquez, quien pronunció un discurso prolongado para presentar una moción de orden dirigida a la derogación del decreto legislativo 04-222, conocido como la Amnistía Política.
Sin embargo, el titular del Poder Legislativo interrumpió a Márquez y argumentó que no existían razones para dar trámite a la moción de orden propuesta por el diputado nacionalista.
Esta negativa desencadenó la característica reacción de los diputados nacionalistas, que respondieron con sus tradicionales pitos y protestas, llenando el hemiciclo legislativo de un ruido ensordecedor.
Mientras tanto, Redondo trataba de justificar su posición de no conceder la tramitación de la moción.
La discordia persistió durante el resto de la sesión legislativa del día. Aprovechando el bullicio generado, el oficialismo logró aprobar la adquisición de vehículos ambulancia, con los votos únicamente de la bancada del Partido Libertad y Refundación (Libre).
Durante estos acontecimientos, la bancada del Partido Salvador de Honduras (PSH) y el Partido Liberal optaron por retirarse de la sesión, manifestando su descontento con la dirección que estaban tomando los acontecimientos y expresando su molestia hacia el presidente Luis Redondo ante los medios de comunicación que cubrían la sesión.
Finalmente, después de aprobar la adquisición directa de las ambulancias y ratificar el acta, Luis Redondo decidió suspender la sesión legislativa y convocó a una próxima reunión para el martes 22 de agosto, a partir de las 3:00 de la tarde.
Así, una vez más, se consumó un bochornoso episodio legislativo en un mes crucial para la elección del Fiscal y Adjunto del Ministerio Público, dejando en evidencia la agitación y la complejidad que siguen dominando el panorama político hondureño.
