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Los riesgos para la salud de trabajar durante una ola de calor

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Desde guías turísticos a agricultores, millones de empleados tienen que trabajar al aire libre, incluso en una ola de calor.

Por Euronews

Se produce cuando el Servicio de Cambio Climático Copernicus ha publicado sus últimos datos, que indican que marzo de 2024 fue el más cálido registrado a nivel mundial, con temperaturas 0,7 grados centígrados por encima de la media de 1991-2020, y 2,2 grados por encima de la media en Europa.

Alemania y los Países Bajos tuvieron su marzo más cálido desde que se tienen registros, y fue mucho más cálido que la media en el este de Estados Unidos y Canadá. Mientras tanto, en algunas zonas de California hacía un frío inusual y nevaba. Las temperaturas de la superficie del mar en todo el mundo siguen alcanzando niveles récord en las zonas no polares.

Muchos trabajadores de todo el mundo se enfrentan actualmente al problema del estrés térmico en el lugar de trabajo. En el pasado, el problema se asociaba a los obreros de la construcción y los trabajadores manuales, pero hoy las investigaciones muestran que afecta a un amplio espectro de la población, desde periodistas e inspectores de seguros hasta personal de teatros de verano y guías turísticos.

Androniki Miliou ofrece visitas guiadas por Meteora, patrimonio de la humanidad, en el centro de Grecia, y cuenta a Euronews que en los meses de verano las temperaturas pueden ser difíciles de soportar: “Muchas veces tenemos 35 grados centígrados y más, así que es bastante difícil. Muchas veces, tenemos que esperar mucho tiempo en las escaleras para subir a un monasterio, y eso no nos ayuda, ni a nosotros ni a otras personas, a sobrellevarlo”.

En los días más calurosos, también pierde ingresos: “Cuando el calor es insoportable a menudo se cierran los yacimientos arqueológicos porque ni nosotros ni la gente podemos soportarlo”, dice.

En la ciudad de Trikala, en la Universidad de Tesalia, un grupo de investigación dirigido por el profesor Andreas Flouris estudia los efectos del calor en el cuerpo en el lugar de trabajo. El profesor Flouris forma parte de un gran esfuerzo de concienciación en Grecia sobre el problema del estrés térmico, que ha llevado incluso al servicio meteorológico nacional a publicar en Internet lo que se conoce como temperatura WBGT, un indicador del calor que hace en función de la radiación, la temperatura y la humedad.

Le conocimos mientras estudiaba al agricultor Athanasios Peristeris, equipándole con sensores para medir su consumo de energía y la temperatura exterior e interior de su cuerpo.

“Por un lado, necesitamos saber cómo se siente su cuerpo exterior -lo llamamos el caparazón-, pero también el núcleo, que es realmente importante para la temperatura cerebral”, dice el profesor Flouris.

El siguiente paso es realizar trabajos manuales pesados en esta cámara, que se calienta hasta condiciones de ola de calor, con luces para simular la luz del sol. Mientras Peristeris trabaja, el 85% de su energía se convierte en calor, calentando su cuerpo, incluido el cerebro.

“Mientras hace este tipo de trabajo, su temperatura central aumenta. Y si supera los 39-39,5 grados centígrados, su temperatura cerebral empezará a afectar al funcionamiento de su sistema nervioso. En algún momento, el cerebro se colapsará, lo que provocará un estado que puede incluso llevar a la muerte, que es lo que llamamos insolación”, explica el profesor Flouris.

Sus investigaciones demuestran que el cerebro y los nervios son las partes del cuerpo más sensibles al calor: “No son nuestros riñones, no son nuestros pulmones, no es nuestro corazón -aunque éstos también se ven afectados-, sino que el sistema nervioso central es el que primero se estropea”.

Cuando trabaja en verano, Peristeris evita las horas más calurosas del día. Sin embargo, nos cuenta que el calor le puede sentar mal a veces.

“La sensación que me produce el calor es malestar, dolor en el pecho, algo así como peso aquí delante, y dificultad para respirar”, dice.

Estos síntomas son la primera señal de problemas. Cuando el cerebro y el cuerpo están demasiado calientes, los trabajadores deben parar, descansar, beber agua y buscar la sombra. Si lo hacen, preservarán su salud y también su productividad, según el profesor Flouris.

“Una cuestión muy importante que hay que entender es que el calor es una situación en la que todos pierden. Tanto los trabajadores pierden salud, como los empresarios pierden muchos beneficios económicos debido a las pérdidas de productividad”.

“Pero hemos visto que con soluciones sencillas y prácticas no se pierde productividad. De hecho, se gana productividad en lugar de perderla”, concluye.

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