La tecnología estaría preparando una IA para igualar las capacidades de ChatGPT pero con menor consumo energético.
Por Infobae
Aunque Microsoft ya tiene a Copilot, parece que estaría creando una IA que gastaría menos energía según lo que se ha dicho recientemente dentro del sector.
Un gran desafío de la inteligencia artificial hoy día es su alto consumo de energía, que resulta en un significativo impacto ambiental y económico en su mantenimiento y operación.
Por este motivo, Microsoft estaría buscando formas de reducir los costos en este sector tecnológico que ha experimentado un crecimiento rápido recientemente.
Microsoft buscaría una IA más sostenible
Microsoft estaría trabajando en el desarrollo de una inteligencia artificial más eficiente que tendría capacidades similares a las actuales pero con menores requerimientos energéticos, según reveló The Information.
Este esfuerzo por diseñar un sistema más sostenible implica trasladar a numerosos desarrolladores al proyecto.
La intención es lograr que la nueva IA no solo consuma menos energía, sino también que tenga un menor impacto ambiental, reduciendo los costes de energía y mantenimiento, así como la huella de carbono de estas tecnologías, que aunque representan un avance significativo, aún no alcanzan niveles óptimos de sostenibilidad.
Problema energético de las IAs
El alto consumo energético de las tecnologías avanzadas no es una novedad. Este tema se destacó especialmente con el auge del minado de criptomonedas, que llegó a utilizar más energía que países enteros.
La inteligencia artificial enfrenta un desafío similar, ya que requiere grandes cantidades de energía y de agua para el enfriamiento de sus servidores.
Recientemente, Microsoft ha mostrado su interés en la energía nuclear como solución para cubrir las necesidades energéticas de la inteligencia artificial, destacando su eficiencia.
Sin embargo, esta opción genera controversia debido a los residuos radiactivos que produce. La energía nuclear es un tema de debate en muchos países, siendo adoptada por algunos como Francia y Reino Unido, mientras otros como Alemania y España han mostrado su rechazo hacia ella.