Tegucigalpa – El Ministro de Seguridad de Honduras, Gustavo Sánchez, abordó este lunes las tensiones con la Viceministra Julissa Villanueva, asegurando que las diferencias entre ambos son de carácter personal y no afectan las operaciones institucionales.
Sánchez enfatizó en una conferencia de prensa que, pese a las acusaciones personales y profesionales de Villanueva, incluyendo una supuesta inestabilidad en su puesto que le predijo no duraría “ni siquiera tres meses”, su labor debe ser evaluada por la ciudadanía hondureña en base a sus resultados y no por conflictos internos.
Por su parte, Villanueva ha expresado frustración por lo que describe como un sabotaje a su trabajo, incluido el despido de su equipo directo de colaboradores.
Además, ha levantado preocupaciones sobre la infiltración del crimen organizado dentro del estado, una situación que Sánchez también reconoce, señalando recientes celebraciones públicas tras la sentencia de 45 años impuesta al expresidente y acusado de narcotráfico, describiéndolo como “el narcotraficante más grande del país”.
Estas declaraciones surgen en un momento crítico para la seguridad en Honduras, donde las maras y pandillas siguen siendo una amenaza significativa en muchas comunidades urbanas.
