Tegucigalpa – El cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez, llamó este domingo a reflexionar a los hondureños para que pasen una Navidad con Jesús, y no solo llenarse de cosas superficiales que no llenan y que mantienen al mundo en la oscuridad.
Durante la homilía correspondiente al primer domingo de adviento oficiada en la Basílica Menor de Suyapa, el también arzobispo del arquidiócesis de Tegucigalpa, apuntó que a veces vivimos distraídos de los esencial de nuestras vidas, ni siquiera se nos ocurre que podemos vivir de otra manera más profunda con más sentido.
Recriminó que estamos en una cultura de la superficialidad, “para eso solo es posible liberarnos, reaccionando valientemente y aprendiendo a vivir de una manera más lucida, es hora de despertar del sueño, necesitamos atrevernos a vivir y a tener valor para existir, en fidelidad de nuestra conciencia y en coherencia de lo que es esencial” insistió
El purpurado se refirió a la alegría del adviento: “viene Jesús, la gran esperanza, ¿cómo lo vamos a recibir? No podemos vivir el Adviento drogados de actividades, por compensaciones que nos aportan una felicidad que no tiene base y que nos pueden dejar terriblemente vacíos” enfatizó.
“Lo más bello de la Navidad, no son luces candelas, no son regalos, lo más bello es el Señor Jesús, que hecho uno de nosotros vino a salvarnos y viene a salvarnos, por eso cada Navidad es única no se trata de ir a desempolvar, donde quedó el arbolito, los adornos del año pasado y donde está el bolcillo para comprar el regalo, eso no es lo importante, lo más importante es la venida de Jesús, que viene a llenarnos a renovar nuestra esperanza”.
Subrayó que “vivimos en un mundo oscurecido, cuantos hoy querrán comenzar el adviento o ni siquiera se dan cuenta, hipnotizados por el mundial de futbol, eso no es malo, es bueno, pero no se puede sustituir lo esencial por lo superficial, un adviento y una Navidad sin Cristo no es Navidad”
“Una sociedad marcada por el sin sentido, es y corre el riesgo de ser la cultura del gran vacío, aunque esté llena de cosas y eso se puede manifestar en el individualismo, en la vida sin trascendencia en la apatía, en el aburrimiento, en la frivolidad”, indicó.
“Queremos preparar el adviento de otra manera, preparando nuestros corazones, en primer lugar, echando fuera el pecado, para vivir la gracia de Dios, y en segundo lugar, llenando el corazón del amor”, añadió.
Criticó que el conflicto bélico en Ucrania es “una guerra que debe terminar, el mundo no puede vivir así, el ser humano fue creado libre y no puede vivir sin libertad, y ningún régimen dictatorial puede triunfar, tarde o temprano se derrumba, como se derrumbaban los ídolos, en el Antiguo Testamento, y como se han derrumbado los ídolos del poder en nuestro mundo actual, el tiempo de adviento debe ser la luz del amanecer, ese resplandor del Cristo debe llegar”