Tegucigalpa. – Con la entrega voluntaria y posterior sentencia a ocho años de prisión por el delito de lavado de activos de Jorge Alberto Barralaga Rivera, hijo del excomisionado de policía del mismo nombre, que estuvo casi cuatro años prófugo de la justicia tras ser acusado por mover hasta 600 millones de lempiras sin justificación, continúa una de las más grandes operaciones del Ministerio Público en contra del clan dirigido por un oficial que se aprovechó de su posición para enriquecerse de forma ilegal.
Luego de varios años observando como su patrimonio incrementaba de manera exorbitante, a raíz de sus vínculos con carteles del narcotráfico como el de los Valle Valle y Wilter Blanco, Jorge Barralaga padre, un ex oficial de la Policía condenado a 10 años de prisión el pasado 25 de marzo, vio como el 30 julio de 2017 su imperio se caía a pedazos tras la ejecución de la recordada Operación Perseo.
Durante las tres fases de Perseo ejecutadas entre 2017, 2019 y 2020, la organización criminal conformada por hermanos, nueras, esposas y cuñadas no solo lamentó la detención de varios de sus miembros, también el aseguramiento de decenas de bienes muebles e inmuebles, productos financieros y sociedades mercantiles, dentro de las cuales destacaban viviendas, vehículos, transporte pesado y cuentas bancarias que desarrollaron movimientos de hasta 2000 millones de lempiras.
Sin embargo, la vida de lujos y excesos llegó a su final, y ahora algunos de Los Barralaga procesados judicialmente, deberán pagar millones de lempiras en concepto de estratosféricas multas económicas, pero todavía faltan otros miembros como Reyna Elizabeth Ayala, esposa del subcomisionado, quien se encuentra escapando de la justicia y en cualquier momento también podría sucumbir ante la presión.