Tegucigalpa – En Honduras, desde la implementación del estado de excepción en diciembre de 2022, se han registrado 65 masacres que dejaron un saldo de 278 personas fallecidas, según informó el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh). Este alarmante número de incidentes ha tenido lugar en 16 departamentos del país, exponiendo una preocupante situación de violencia.
El 2022 cerró con cinco masacres registradas en diciembre, mientras que en 2023 se reportaron 44 y en lo que va de 2024, ya se cuentan 16. Las víctimas de estas tragedias incluyen 173 hombres, 85 mujeres, 14 niños y 6 niñas, reflejando la gravedad y extensión del problema de seguridad en Honduras.
El departamento de Francisco Morazán ha sido el más afectado, con 13 incidentes, seguido de Cortés con 11 y Yoro con 9. Otros departamentos también han experimentado múltiples eventos trágicos, incluyendo Comayagua, Colón y más.
El Conadeh ha expresado su preocupación por la impunidad de estos crímenes y ha urgido a las autoridades a fortalecer las medidas de seguridad y las investigaciones para llevar a los responsables ante la justicia. También ha destacado la particular vulnerabilidad de las mujeres y niños, quienes han sido víctimas en numerosas ocasiones.
Esta situación refuerza la necesidad urgente de una acción decidida para proteger a los ciudadanos y restablecer la paz en las comunidades afectadas.
Seis muertos en dos masacres en Honduras en menos de 24 horas
En una jornada trágica, Honduras registró dos masacres en menos de 24 horas, sumando un total de seis víctimas fatales en eventos separados en Santa María del Real, Olancho, y entre los municipios de Guaimaca y Talanga, Francisco Morazán. Estos incidentes elevan a 16 el número de muertes múltiples en 2024, con más de medio centenar de personas muertas violentamente.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) detalla que en lo que va del año, las víctimas incluyen 40 hombres, 7 mujeres, 3 niñas y 3 niños. El 28 de junio, cinco individuos desaparecieron en el barrio Mirador de Oriente, y sus cuerpos fueron hallados más tarde en un área montañosa entre Tatumbla y El Zamorano.
El 17 de julio, en un área remota de Santa María del Real, tres jóvenes fueron fatalmente atacados a balazos tras salir a comprar comida. Eran empleados de la Universidad Nacional de Agricultura de Olancho y no regresaron a su lugar de trabajo. Ese mismo día, otra masacre se reportó entre Guaimaca y Talanga, con tres personas muertas en circunstancias aún sin esclarecer.
Este brote de violencia subraya la urgencia de abordar la inseguridad que azota al país, con un llamado a las autoridades para reforzar las medidas de prevención y justicia.
