Un dedo de infectado por la llamada “viruela de mono”. EFE/Cortesía CDC
Países Bajos ha diagnosticado hasta este miércoles un total de 167 casos de viruela del mono, casi el doble que hace una semana, según datos publicados hoy por el Instituto de Salud Pública (RIVM), unas horas antes de una reunión de expertos para decidir sobre la posible vacunación preventiva de grupos de riesgo.
El pasado jueves se habían diagnosticado 95 casos de viruela del mono. El aumento registrado esta última semana es también mayor que esa actualización anterior, cuando el dato solo había subido en 15 casos en una semana, y todos estos casos afectan a hombres homosexuales, si bien cualquier persona puede infectarse con la viruela del mono.
Según el RIVM, el largo periodo de incubación hace que sea difícil determinar exactamente cuán rápido se está propagando la enfermedad en Países Bajos y si algunos de los casos detectados esta última semana habían estado infectados antes de la última actualización.
El virus fue detectado por primera vez en Países Bajos el mes pasado y algunos de los pacientes habían asistido al festival internacional de fetichismo Darklands celebrado entre el 4 y el 9 de mayo en Amberes, en el norte de Bélgica.
Los expertos del RIVM se reúnen esta tarde para decidir sobre las recomendaciones oficiales que se harán para prevenir la propagación de la viruela del mono en Países Bajos y si, como anunciaron ya estados como Alemania y el Reino Unido, recomendarán vacunar de forma preventiva a los grupos de mayor riesgo de exposición al virus.
Si bien cualquiera puede contraer la enfermedad, organismos como la agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) puntualizan que los datos muestran mayores niveles de transmisión “dentro, pero no exclusivamente, de redes sexuales de gais, bisexuales y otros varones que practican sexo con hombres”.
Algunos síntomas de la enfermedad incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, de espalda, nódulos linfáticos inflamados, escalofríos y agotamiento, y también puede provocar sarpullidos, con frecuencia en la cara, que se propagan a otras partes del cuerpo.
Los virólogos neerlandeses advierten de que la situación con la viruela del mono es “una historia totalmente distinta a la del coronavirus”, puesto que no se trata de una pandemia, raramente conduce a una enfermedad grave, no se propaga tan rápido como la COVID-19 y la transmisión requiere en general el contacto cercano con una persona infectada.
EFE