Por: Vittorio Basté Bonafont
Panamá tiene una de las economías más prósperas en América, destacamos que es una de las tres economías dolarizadas oficialmente en la región, junto a las de El Salvador y Ecuador; pero hoy por hoy atraviesa por ciertas complicaciones y de doble impacto, las destaco a continuación.
Por un lado, el Canal de Panamá, de la actividad en su canal depende aproximadamente el 10% de la economía del país, pues la ingrata novedad es que sufre una sequía sin precedentes que ha forzado a reducir a la mitad el tránsito a través de este. Por otro lado, desde hace tres meses se detuvo la producción de cobre en el país canalero. Esta mina, representa el 5% del PIB panameño.
Hace poco tiempo, al declararse inconstitucional el contrato del Estado con la empresa First Quantum Mineral luego de protestas masivas, se detuvo la producción. “La gran estrella de Latinoamérica se apaga” se leía en un titular de prensa, porque de tener un PIB alto con relación a otros países en nuestra región se proyecta un escaso 2% de PIB en 2024.
Ahora vamos a lo que debemos tener en cuenta y la razón por la cual debemos atender el ejemplo de Panamá, todos en América y desde luego con mayor énfasis países como Ecuador, cuya economía es dolarizada desde hace veinticuatro años. Es destacar que los medios de comunicación no ponen en duda la fortaleza y ventaja de la dolarización, los líderes industriales y los políticos no hacen referencia aquello. Se entiende y se asume en todas las esferas que el país está dolarizado y continuará estándolo.
Lo que también es muy llamativo e importante es que las autoridades han reaccionado anunciando recortes de gasto. El gasto en sueldos públicos se reducirá en un 14,6% y en subsidios en un 36%, según el presupuesto presentado para 2024 en diciembre del año anterior. Adicionalmente, el aumento planificado de pensiones para jubilados no se implementará dado que este esperaba financiarse con parte del ingreso que el Estado recibía de la mina ahora improductiva.
En síntesis, amigos, los panameños no reaccionan cuestionando la viabilidad de la dolarización y actúan como adultos ajustando los precios internos (sobre todo el gasto público) ante una incidencia de magnitud. Ese país prácticamente nació dolarizado y, desde ese entonces, ha atravesado múltiples golpes económicos internos y externos, sin que en ningún momento haya dejado de funcionar el dólar como moneda de curso legal.
“Los bancos internacionales han reaccionado ante los acontecimientos inesperados o las crisis económicas en Panamá aumentando su exposición y utilizando fondos externos para apoyar las operaciones locales. Así lo han hecho durante por lo menos las últimas seis décadas. Las casas matrices de los bancos internacionales han funcionado como prestamistas de última instancia, proporcionando liquidez al sistema bancario.
En este país cuyo sistema bancario es de los más destacados por la generación de confianza, donde no existe un banco central, mantener el tipo de cambio o una posición de reserva internacional no es un objetivo ni una consideración. Panamá ha sido capaz de ajustarse y progresar sin mayores sobresaltos por medio de un sólido y funcional sector privado, sin la intervención del sector público.
En conclusión, todos en nuestros países debemos ver en Panamá un ejemplo a seguir y en particular Ecuador, que con veinticuatro años de tener un blindaje llamado dólar que le ha permitido estar de pie ante muchas adversidades y nefastos gobiernos desde el 2000 hasta ahora. Ya es tiempo que emulen lo hecho por Panamá, en lugar de aumentar impuestos o mantener una burocracia disfuncional y oprobiosa; para que los políticos entiendan amigos, en síntesis, se trata de algo sencillo: primero voluntad política en pro de la sociedad para reducir los gastos públicos e implantar un verdadero modelo de integración financiera.
Guayaquil, 10 de febrero de 2024.
Vittorio Basté Bonafont
Diario El Mundo, Honduras.
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