Tegucigalpa – Después de su reciente expulsión del Partido Nacional de Honduras, el diputado independiente, Rolando Barahona, ha hecho declaraciones inquietantes a los medios de comunicación.
Según Barahona, más de 40 parlamentarios enfrentarán extradición a Estados Unidos en un futuro próximo, sacudiendo así el panorama político del país.
Barahona afirmó enfáticamente que la extradición de cuatro de estos diputados está prevista antes de que finalice este año, mientras que se estima que otros 37 serán sometidos al mismo destino en el transcurso del próximo año.
Añadió que los parlamentarios en cuestión representan a los tres partidos políticos más influyentes de Honduras, lo que agrega una dimensión adicional a esta preocupante situación.
La relación bilateral entre Honduras y Estados Unidos se rige por un tratado de extradición vigente desde enero de 1909 y una convención adicional en la misma esfera que data de febrero de 1927.
La reforma constitucional de 2012 abrió la puerta para la entrega de ciudadanos hondureños a Estados Unidos en casos relacionados con delitos de narcotráfico, lavado de activos y terrorismo, lo que marca un punto de inflexión significativo en la política de extradición del país.
Desde la primera extradición en mayo de 2014, cuando Carlos “El Negro” Lobo fue entregado a las autoridades estadounidenses, se ha llevado a cabo un proceso constante de extradiciones cada 90 días.
Esta tendencia ha afectado a individuos de diversos niveles en la jerarquía del crimen organizado, desde grandes capos hasta operadores de menor importancia.
La reciente extradición de Erasmo Ávila Palacios, solicitada por el gobierno de Estados Unidos por delitos relacionados con el narcotráfico, ha aumentado el número total de hondureños extraditados a 40.
Ante este panorama, las advertencias del diputado Barahona sobre el inminente traslado de un mayor número de parlamentarios generan un ambiente de incertidumbre en el ámbito político hondureño.
