Tegucigalpa – A pesar de la implementación del Programa Nacional para la Reducción de Pérdidas (PNRP), las autoridades aún no han logrado disminuir o mitigar las pérdidas financieras de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), según revela un informe publicado este martes por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) bajo el título “¿Dónde está la energía?”.
El informe destaca que durante el año 2022, las pérdidas financieras de la ENEE ascendieron a 17,787 millones de lempiras (equivalentes a 726 millones de dólares). Estas pérdidas, tanto técnicas como no técnicas, han sido un problema constante para la empresa estatal de energía eléctrica, y a pesar del lanzamiento del PNRP en julio de 2022, con los primeros pilotos iniciando en noviembre de ese mismo año, no se ha logrado erradicar esta problemática.
Según el informe de la ASJ, hasta mayo de 2023, las pérdidas han aumentado un tres por ciento, ya que a diciembre de 2022 se situaban en un 32 por ciento. Estos datos son motivo de preocupación, considerando que el PNRP tenía como objetivo reducir las pérdidas técnicas y no técnicas al 28 por ciento en el primer año y al 18 por ciento para el año 2026.
La falta de progreso en la reducción de las pérdidas financieras de la ENEE plantea desafíos significativos para la estabilidad y el desarrollo del sector energético en Honduras. Estas pérdidas representan una carga financiera considerable para la empresa y, en última instancia, recaen en los consumidores a través de tarifas más altas y en el Estado a través de subsidios adicionales.
Es necesario realizar un análisis exhaustivo de las causas subyacentes de estas pérdidas y tomar medidas efectivas para abordarlas. Esto podría implicar una mejora en la infraestructura de distribución, la implementación de tecnologías más eficientes y sistemas de medición precisos, así como una mayor transparencia y rendición de cuentas en la gestión de la ENEE.
Además, se requerirá una mayor coordinación y colaboración entre las autoridades gubernamentales, los reguladores del sector energético y otros actores relevantes para establecer políticas y estrategias integrales que aborden de manera efectiva este desafío. Solo a través de un enfoque conjunto y acciones decisivas se podrá lograr un progreso significativo en la reducción de las pérdidas financieras y garantizar un suministro de energía eléctrica más eficiente y sostenible para el país.
