Tegucigalpa – Los desafíos ambientales continúan en la capital hondureña, donde los niveles de contaminación del aire se mantienen en niveles preocupantes, afectando la salud de los residentes.
La densa capa de humo persiste en el aire, exacerbada por una serie de factores que incluyen la escasez de lluvias, la quema de parcelas agrícolas en toda la región de Mesoamérica, los incendios forestales y la contaminación generada por los gases de escape de los vehículos y las emisiones industriales.
Esta contaminación atmosférica se ve agravada por la presencia de diversos contaminantes, como el monóxido de carbono, el dióxido de carbono, el dióxido de azufre, los óxidos nitrosos y el ozono, lo que contribuye a una situación de baja visibilidad y altas temperaturas.
Según las autoridades de Copeco, se prevé que esta situación persista indefinidamente hasta que se produzca un cambio en el patrón de los vientos y comience la temporada de lluvias, lo que ayudaría a dispersar la contaminación y mejorar la calidad del aire.
Ante esta situación, Copeco ha recomendado a la población tomar precauciones adicionales, como el uso de mascarillas, la continuación del teletrabajo y la suspensión de clases presenciales para proteger la salud de los ciudadanos.
La gravedad de la situación ha llevado a la emisión de una Alerta Roja en el municipio del Distrito Central y los departamentos de Cortés y Yoro, mientras que otros departamentos han sido puestos en Alerta Amarilla. El resto del territorio hondureño se encuentra en Alerta Verde, lo que indica la necesidad de monitorear de cerca el fenómeno y sus impactos en la salud pública.