Tegucigalpa – Porfirio Lobo Sosa, el exmandatario de Honduras, ha reaccionado enérgicamente después de ser nuevamente mencionado en los tribunales de Estados Unidos en relación con el juicio del expresidente Juan Orlando Hernández.
En una declaración pública, Lobo afirmó que en el mundo de la política, a menudo es difícil discernir quién está involucrado en actividades ilícitas como el narcotráfico.
En sus palabras, Lobo destacó la complejidad de la financiación política y cómo los donantes pueden tener historias ocultas. «En campañas políticas, uno nunca sabe realmente quién está detrás de los cheques», enfatizó.
Explicó que, aunque se pueden hacer afirmaciones en los tribunales, la verdad detrás de los donativos políticos a veces puede ser difícil de determinar.
Lobo también mencionó el caso de Juan Jarufe, un empresario con el que tenía conexiones. Señaló que, a pesar de las apariencias, nadie podía haber previsto que Jarufe estuviera involucrado en actividades relacionadas con el narcotráfico.
Esta referencia resalta la complejidad de las relaciones en el ámbito empresarial y político, donde las asociaciones pueden ser engañosas.
El testimonio de José Sánchez, un testigo de la Fiscalía en el juicio de Hernández, ha levantado nuevamente sospechas sobre la financiación de campañas políticas en Honduras.
Sánchez afirmó que tanto Lobo como el expresidente Manuel Zelaya recibieron dinero del narcotráfico en 2005. Estas acusaciones forman parte de un caso más amplio que involucra a Hernández y su presunta relación con narcotraficantes durante su mandato.
En este contexto, Lobo ha reiterado que las acusaciones en los tribunales pueden arrojar dudas, pero ha enfatizado la necesidad de una mayor transparencia en la financiación política y una investigación exhaustiva para esclarecer cualquier vínculo con actividades ilegales.