Cuando decidimos reducir o eliminar el consumo de azúcar de nuestra dieta, nuestro cuerpo atraviesa una serie de transformaciones significativas. Los primeros días pueden estar marcados por síntomas de abstinencia como fatiga, ansiedad y antojos.
Por Infobae
Esto ocurre porque el organismo se acostumbra a la presencia constante de azúcar, y su ausencia provoca una especie de “síndrome de abstinencia”. Sin embargo, esta etapa inicial, aunque incómoda, es solo el comienzo de una serie de cambios positivos que se reflejan en tu salud física y mental a largo plazo.
Los expertos recomiendan hacer los ajustes en la dieta de manera gradual, de modo que sea más fácil controlar los síntomas de la abstinencia. Es que dejar de consumir azúcar es un desafío que puede parecer abrumador, especialmente si estamos acostumbrados a esa dosis diaria de cosas dulces.
Sin embargo, más allá de ese malestar inicial, el cuerpo comienza a experimentar una serie de cambios profundos y positivos. Desde mejorar la salud cardiovascular hasta fortalecer la salud cerebral, el simple hecho de reducir el consumo de azúcar puede transformar tu bienestar de múltiples maneras.
Cambios físicos y mentales
Cuando reduces el consumo de azúcar, tu cuerpo atraviesa una fase de adaptación. En las primeras semanas, podrías experimentar síntomas físicos desagradables, como dolores de cabeza, mareos y fatiga. Estos son una señal de que tu organismo está aprendiendo a funcionar con menos azúcar.
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