Tegucigalpa – El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, José Jorge Fortín Aguilar, destacó recientemente un importante logro en materia de defensa para el país centroamericano. Después de una década de restricciones, finalmente se podrá reparar la flota de aviones F-5 que fueron donados por Estados Unidos en la década de los 80.
El jerarca castrense resaltó que este avance representa un hito significativo para la seguridad nacional y las Fuerzas Armadas hondureñas. Explicó que las aeronaves F-5 fueron donadas en la década de los 80 con una cláusula que restringía su reparación a Estados Unidos, lo que dejó a la flota inoperativa durante años debido a la necesidad de repuestos adquiridos únicamente en territorio estadounidense.
Sin embargo, gracias a la confianza depositada por el gobierno de Estados Unidos y las Fuerzas Armadas de dicho país en la actual administración hondureña, se ha obtenido el permiso para poder solicitar los repuestos necesarios para poner nuevamente en funcionamiento estos aviones de combate.
El proceso de reparación requerirá la adquisición de alrededor de siete a ocho aeronaves, y para ello se utilizarán fondos de la Secretaría de Defensa. Una vez reparados, los F-5 serán utilizados para diversas misiones asignadas a las Fuerzas Armadas, incluyendo acciones de reconocimiento, lucha contra el narcotráfico y otras tareas relacionadas con la defensa de la soberanía nacional.
Actualmente, dos aviones F-5 ya están operativos, pero se espera que en las próximas semanas, con el visto bueno de Estados Unidos, toda la flota esté en óptimas condiciones para cumplir con sus funciones asignadas.
El vicealmirante Fortín Aguilar también mencionó que, además de la reparación de los aviones, la actual gestión gubernamental ha avanzado en la adquisición de helicópteros para fortalecer las capacidades de combate contra el narcotráfico, combatir incendios y brindar asistencia en situaciones de inundaciones.
En resumen, la reanudación de la reparación de los aviones F-5 representa un importante logro para Honduras en el ámbito de defensa y seguridad, permitiendo potenciar sus capacidades de acción y vigilancia para proteger la soberanía nacional y combatir amenazas como el narcotráfico y otros delitos.
