Washington D.C. — La reciente decisión de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, de denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos ha generado una ola de reacciones en el Congreso estadounidense.
El senador republicano Marco Rubio, representante del estado de Florida, condenó la medida y destacó la importancia histórica de este acuerdo bilateral en la lucha contra el tráfico de drogas y de personas.
«Por más de un siglo, el tratado de extradición entre Estados Unidos y Honduras ha ayudado a ambos países a combatir el tráfico de drogas y de humanos», publicó Rubio en su cuenta de la red social X.
El senador subrayó que este instrumento ha sido clave para fortalecer la cooperación en materia de seguridad y justicia entre las dos naciones.
Rubio se sumó a otros legisladores, incluyendo a la congresista María Elvira Salazar, para expresar su descontento y solicitar al gobierno hondureño reconsiderar su posición. «Me uní a María Salazar y a un grupo de colegas condenando la decisión de la presidenta hondureña Xiomara Castro de terminar con este importante tratado», añadió.
Días antes, un grupo de representantes y senadores emitió una declaración conjunta manifestando su profunda preocupación por la cancelación del acuerdo.
En el comunicado, señalaron: «Estamos profundamente preocupados por la reciente decisión de la presidenta hondureña Xiomara Castro de terminar el tratado de extradición entre los Estados Unidos y Honduras, que ha sido una herramienta importante en la lucha contra las mafias criminales y los traficantes de personas que operan en Honduras».
Los legisladores advirtieron que esta «decisión imprudente» podría poner en riesgo el futuro de la cooperación militar y policial entre ambos países. «El bienestar económico y la seguridad de Honduras y sus ciudadanos están íntimamente ligados a los Estados Unidos. Creemos que esta decisión socava nuestras prioridades compartidas y pone en peligro nuestra relación», afirmaron.
La presidenta Castro ha argumentado que la denuncia del tratado responde a una supuesta injerencia de Estados Unidos en asuntos internos de Honduras. No obstante, desde Washington, se insiste en que el acuerdo ha sido fundamental para enfrentar conjuntamente desafíos como el crimen organizado y el tráfico ilícito.
La terminación del tratado de extradición genera incertidumbre sobre cómo se manejarán en el futuro los casos de individuos acusados de delitos graves y requeridos por la justicia estadounidense.
Expertos en relaciones internacionales y seguridad regional señalan que esta situación podría debilitar los esfuerzos conjuntos para combatir el narcotráfico y otras actividades delictivas transnacionales.
Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención el desarrollo de los acontecimientos, a la espera de que ambas naciones puedan dialogar y encontrar una solución que preserve la cooperación en materia de seguridad y justicia.