El Tribunal Internacional de Justicia, máximo tribunal de las Naciones Unidas (ONU), ordenó a Israel “detener inmediatamente” su operativo militar en Rafah, tras las denuncias de presunto genocidio contra los palestinos.
El tribunal dispuso garantizar sin obstáculos la provisión de servicios básicos y ayuda en Gaza, mantener abierto el cruce de Rafah, y permitir el acceso irrestricto de misiones de la ONU para investigar.
Exigió medidas concretas para salvaguardar los derechos del grupo palestino protegido por la Convención de Genocidio.
Las órdenes de protección fueron aprobadas por 13 de los 15 jueces, con la oposición de los magistrados israelí y ugandés.
Israel deberá informar en un mes sobre las acciones tomadas para cumplir las instrucciones de la CIJ, sumadas a medidas anteriores sobre actos de exterminio y acceso humanitario.
El tribunal reaccionó ante el riesgo de daños irreparables derivados de la operación israelí en Rafah.