Elche. – Victoria sin brillo del Barça en Elche, pero victoria, al fin de cuentas. Siete triunfos y dos empates, suma el Barcelona desde su derrota en Cádiz. Ese es el camino, no le queda otra.
El brillo acabará llegando. Acaba de empezar la segunda vuelta, pero sólo le vale ganar y ganar. LaLiga está muy lejos a no ser que el Atlético pinche todo lo que no ha pinchado hasta ahora, pero es que los puestos Champions no los tiene asegurado el conjunto de Koeman. El quinto clasificado, el Villarreal, está a sólo tres puntos y no jugar la Champions la próxima temporada puede suponer la bancarrota del Barça.
Es por ello que el de Elche era un partido que debía tomarse muy en serio. El Real Madrid, por ejemplo, no fue capaz de ganar en el Martínez Valero. Y estaba sin Messi, sancionado por su expulsión en la final de la Supercopa.
Koeman volvió a mover las piezas de su defensa. Mingueza repitió en el lateral derecho por los problemas de Dest y Umtiti dejó en el banquillo a Lenglet. El resto lo esperado, con la tripleta de ataque formada por Dembélé, Braithwaite y Griezmann en busca de los goles que tanto se echan de menos en Can Barça.
El Elche, pese a llevar 13 partidos sin ganar en LaLiga, sólo está a un punto de los puestos de salvación. Es plausible su forma de jugar, al toque con un estilo claro, y no debe ponerse nervioso pese a estar en descenso.
Si se refuerza bien en este mercado de invierno -con Mojica ya han ganado profundidad en ataque- tienen muchas opciones de salvarse. Su orden en defensa provoca que no le creen muchas ocasiones. En la primera media hora Edgar Badía no tocó el balón y el único intento del Barça fue un remate lejano de Jordi Alba.
Las largas posesiones del Barcelona carecían de profundidad salvo cuando le llegaba el balón a Dembélé, que era el único que intentaba algo fuera del guion.
Tanto Jordi Alba como Pedri parece que se desactivan cuando no está Messi. El partido discurría hacia el descanso con el 0-0 pero una jugada desafortunada de los ilicitanos cambió la historia del partido. Un centro de Braithwaite lo intentó despejar Diego González para que no rematara Griezmann, pero su despeje se colaba en la portería de Badia y De Jong remachó a placer justo en la misma línea.
El 0-1 lo cambiaba todo. El Elche debía abrir su entramado defensivo en la segunda mitad si quería empatar por lo que el Barça iba a tener más opciones en ataque. Como era de esperar, los de Almirón adelantaron líneas y la segunda mitad se jugó a otro ritmo.
En los primeros 10 minutos pasaron más cosas que en toda la primera mitad. El Elche falló lo que no se puede fallar tras un error en el control de Mingueza que dejó solo a Rigoni ante Ter Stegen, pero el meta alemán salvó el empate en una parada más propia del balonmano. Dembélé también puso a prueba los reflejos de Badía con un remate lejano.
El Barça no se podía fiar con mantener el resultado porque el Elche veía opciones de empate pese a que apenas tenía posesión. No la necesitaba para llegar. Almirón no cambió su once hasta el minuto 75. Dio entrada a Morente y Luismi buscando mordiente arriba.
Pero el Elche no llegaba ya que el Barça retenía el balón todo lo que podía. Y así fueron pasando los minutos pese a que el resultado no estaba cerrado.
Koeman quitó a Dembélé por Trincao, que tuvo dos buenas ocasiones. Riqui Puig también tuvo unos minutos que supo aprovechar al máximo ya que cerró el partido con un cabezazo a centro de De Jong. El Barcelona vuelve a ser tercero, pero necesita mucho más para ganar algo. Y no vendrán refuerzos.