Tegucigalpa – Julieta Castellanos, exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), ha emitido un análisis exhaustivo sobre el estado actual del país, especialmente en el contexto del gobierno de la presidenta Xiomara de Zelaya, quien ha alcanzado el 50 por ciento de su gestión en enero. En una carta reciente, Castellanos reflexiona sobre los avances y desafíos que definen este punto de referencia crucial en el mandato gubernamental.
La exrectora destaca las palabras enérgicas de la presidenta durante el discurso conmemorativo de los dos años de su gobierno, donde afirmó que “Vamos bien, nadie puede negar que vamos por el camino correcto contra la corrupción y haciendo patria”. Sin embargo, Castellanos hace hincapié en que es necesario examinar los últimos tres meses previos al segundo aniversario, ya que revelan un panorama que demanda atención y análisis.
Uno de los eventos significativos mencionados por Castellanos es la situación en el Congreso Nacional hacia finales de octubre de 2023, cuando la Junta Directiva nombró a nueve diputados del oficialismo en la Comisión Permanente, lo que generó expectativas y preocupaciones entre la población hondureña.
En diciembre, el partido Libre y la presidenta Castro enfrentaron desafíos a su imagen y credibilidad, especialmente después de la cancelación de visas a diputados por parte del gobierno de Estados Unidos, quienes fueron acusados de socavar la democracia. Además, se destacó la inclusión de hondureños en la lista Engel, lo que generó tensiones y críticas adicionales.
Castellanos también resalta las preocupaciones expresadas por organizaciones internacionales como Human Rights Watch (HRW) sobre el deterioro de los derechos humanos y las instituciones democráticas en Honduras durante el gobierno de Castro. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) también instó a que la elección de altos funcionarios se realice dentro del marco constitucional.
En medio de estos acontecimientos, Castellanos subraya la importancia de reconocer una realidad que contradice la narrativa optimista del gobierno. Los desafíos presentes demandan una atención urgente y un compromiso renovado con la transparencia, la democracia y los derechos humanos en Honduras.
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