Milwaukee (EEUU) – Giannis Antetokounmpo dio un nuevo y magnífico recital (41 puntos, 13 rebotes y 6 asistencias) y devolvió la ilusión a los Milwaukee Bucks, que se impusieron este domingo con contundencia a los Phoenix Suns (120-100) para acortar distancias en las Finales de la NBA (1-2).
El griego, que hace solo tres días había anotado 42 puntos en otra actuación monumental, se mostró imparable en la zona hasta convertirse en una absoluta pesadilla para unos Suns sin respuestas.
Además, Antetokounmpo contó con una importante ayuda de sus compañeros, ya que Jrue Holiday (21 puntos y 9 asistencias) y Khris Middleton (18 puntos, 7 rebotes y 6 asistencias) se olvidaron de su mal segundo partido y rodearon de maravilla a la estrella de los Bucks.
Frente a una noche prácticamente perfecta de los locales, los Suns ofrecieron una versión triste y muy lejos de su nivel habitual.
Devin Booker no se pareció en casi nada al estelar escolta que ha arrasado en estos playoff y se quedó en solo 10 puntos con un mustio 3 de 14 en tiros.
Chris Paul (19 puntos y 9 asistencias), Deandre Ayton (18 puntos y 9 rebotes) y Jae Crowder (18 puntos y 6 rebotes) fueron los más destacados de unos Suns que naufragaron en los triples (29 %).
Mucho más intensos y convencidos de su plan de juego, los Bucks se lucieron en defensa, controlaron el rebote (47 por 36), dominaron las segundas jugadas (20 puntos frente a 2) y construyeron su primera victoria en estas Finales a partir de un enorme segundo cuarto (35-17).
El cuarto encuentro de las Finales se jugará el miércoles también en Milwaukee.
Antetokpunmpo necesita amigos
La misión de los Bucks estaba clara: ofrecer respaldo de calidad y solvencia a Giannis Antetokounmpo.
Jrue Holiday se puso manos a la obra desde el principio, ya que conectó un triple nada más empezar y ahogó a Devin Booker con una muy buena defensa.
Al buen arranque de los Bucks se sumó también Khris Middleton, pero Chris Paul, exquisito en estas Finales desde la media distancia, contuvo la euforia de los de Milwaukee (15-14 con 6.04 por jugarse).
Sin embargo, el gran protagonista del primer cuarto fue Deandre Ayton, soberbio en el juego interior y que desnudó las carencias defensivas en la zona del quinteto bajo de los locales.
El pívot acabó el cuarto con 12 puntos (6 de 7 en tiros) y situó por delante a los suyos (25-28) tras un primer parcial de flojo acierto desde el triple (22 % ambos equipos).
Los Bucks trataban de llevar el partido a un terreno más físico y sudoroso, pero Ayton continuaba con su particular show y dio un nuevo empujón a los visitantes (30-36 con 9.05 en el reloj).
Hasta ahí llegaron las fuerzas de los Suns en la primera mitad.
Un descomunal parcial de 30-9 a partir de entonces catapultó a los Bucks antes del descanso, que en ese segundo cuarto ofrecieron su mejor baloncesto en lo que va de Finales.
Partiendo de una gran defensa que anuló a Booker (7 puntos con 2 de 11 en tiros en los dos primeros cuartos), los Bucks impusieron su ritmo tanto al contraataque como en la pelea por el rebote.
Antetokounmpo empezó a impresionanr en la pintura, Middleton encontró por fin la puntería que había echado en falta en estas Finales y Portis aportó una frescura muy necesaria desde el banquillo para mandar a los Bucks al vestuario con todo de cara (60-45).
Un titán griego
Sin antídoto para frenar a Antetokounmpo, las malas noticias se acumulaban para los Suns con la prematura cuarta personal de Ayton a falta de 10.25 en el tercer cuarto.
Libre de enemigos en la zona, Antetokounmpo anotó los 9 primeros puntos de su equipo tras la reanudación.
No obstante, los Suns supieron recomponerse y tomaron mucho impulso gracias a un impactante mate de Cameron Johnson sobre PJ Tucker (69-59 con 7.54 por disputarse) que en pocos minutos se convirtió en una sensación de las redes sociales.
A falta de los nombres en mayúsculas de los Suns, piezas complementarias como Cam Johnson y Mikal Bridges pasaron a la acción y se inventaron un gran parcial que situó a los Suns a solo 4 puntos (74-70 con 5.22 en el reloj).
Sin embargo, en ese momento apareció un oportuno y salvador Holiday, que enchufó cuatro triples solo en el tercer cuarto.
Portis enseñó el camino a los Bucks a través del sudor y la entrega, pero fue un titánico Antetokounmpo el que volvió a sacar el garrote en la pintura para despedazar los deseos de remontada de los Suns.
Los Bucks no solo recuperaron la diferencia del descanso sino que, con un triple de Pat Connaughton sobre la bocina, modelaron su mayor ventaja (98-76) antes de un cuarto definitivo que no tuvo nada de historia.
El público del Fiserv Forum acabó de pie ovacionando a sus jugadores, en especial a Antetokounmpo y Portis, y cantó a gritos «Bucks in 6» («Los Bucks ganan en seis partidos»), la consigna con la que esperan llevarse su segundo título de la NBA tras el anillo de 1971 que consiguieron con Kareem Abdul-Jabbar.