Por primera vez en 14 años, los presidentes de los países sudamericanos abarcados por la selva amazónica se reúnen para elaborar planes para proteger el ecosistema y enfrentar el crimen organizado.
Por AP
La Cumbre Amazónica el martes y miércoles en la ciudad brasileña de Belem es una reunión de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), una alianza que se ha reunido apenas tres veces en 45 años de existencia. El presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva expresó la esperanza de que la cumbre dé lugar a medidas eficaces y de amplio alcance.
“Nunca fue tan urgente reanudar y ampliar la cooperación. El reto de nuestra era y las oportunidades que surjan exigirán acción conjunta”, dijo Lula al inaugurar el evento.
La Amazonia ocupa una extensión el doble de la India, y dos tercios de su territorio se encuentran en Brasil. Otros siete países y un territorio comparten el tercio restante. Asisten los presidentes de Colombia, Perú y Bolivia, el primer ministro de Guyana, el vicepresidente de Venezuela y los ministros del Exterior de Surinam y Ecuador.
La destrucción masiva de la selva amazónica es un desastre climático, y todos los países presentes en la cumbre han firmado el acuerdo climático de París, que obliga a los firmantes a fijar metas para la reducción de las emisiones de gases de invernadero. Pero las medidas comunes prácticamente no van más allá.
El crimen organizado está saqueando zonas prístinas de bosques y talándolos para las estancias. La vigilancia policial en las fronteras es escasa, lo mismo que la cooperación internacional contra cárteles rivales que se disputan las rutas del narcotráfico. Las incautaciones de drogas han aumentado en Colombia, Brasil, Bolivia y Perú, informó la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en junio.
Las tasas de homicidios en municipios de la Amazonía duplican o triplican los ya altos niveles nacionales, dijo Rob Muggah, fundador del Instituto Igarape, que estudia los problemas de seguridad. Los traficantes se han diversificado a negocios de “narco-deforestación” —lavado de dinero mediante la agricultura— y financiación y logística de la prospección ilegal de oro que destruye el bosque y envenena las aguas, dice el informe de ONUDD.
Este es el segundo intento de Lula de conformar un bloque amazónico. El primero fue la cumbre anterior en 2009, durante su primera presidencia, pero se le sumó un solo presidente más de la región, el guyanés Bharrat Jagdeo. También asistió el presidente francés Nicolas Sarkozy. Entonces, como ahora, el objetivo era presentar una Amazonia unida durante la conferencia climática anual COP en Copenhague. Este intento fracasó.
“El contexto es totalmente distinto hoy”, dijo la ministra de Ambiente y Cambio Climático brasileña Marina Silva a la Associated Press. “El presidente Lula está muy resuelto a que esta cumbre no sea solo un evento más sin resultados verdaderos para las decisiones que se tomen aquí”.