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La influenza aviar mata a miles de focas y leones marinos en diferentes rincones del mundo

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El brote mundial de gripe aviar que comenzó en 2020 ha causado la muerte de millones de aves domésticas y se ha extendido a la vida silvestre en todo el mundo. No se cree que este virus sea una amenaza importante para los humanos, pero su propagación en operaciones agrícolas y en ecosistemas silvestres ha causado una agitación económica generalizada y alteraciones ambientales.

Por AP

Pinnípedos como focas y leones marinos, en lugares tan distantes entre sí como el noreste de Estados Unidos y Chile, parecen ser especialmente vulnerables a la enfermedad, dijeron los científicos. El virus se ha detectado en pinnípedos —superfamilia que incluye a las focas, las morsas y los elefantes, leones y lobos marinos—en las costas este y oeste de Estados Unidos, lo que ha provocado la muerte de más de 300 focas en Nueva Inglaterra y un puñado más en el estrecho de Puget, Washington. La situación es aún más grave en América del Sur, donde más de 20.000 leones marinos han muerto en Chile y Perú y miles de elefantes marinos han muerto en Argentina.

El virus puede controlarse en animales domesticados, pero propagarse sin control en animales silvestres y mamíferos marinos, como los pinnípedos de Sudamérica, que no estuvieron expuestos previamente a él y que han sufrido consecuencias devastadoras, dijo Marcela Uhart, directora del programa para Latinoamérica Centro de Salud de Vida Silvestre Karen C. Drayer de la Universidad de California, Davis.

“Una vez que el virus está en la vida silvestre, se propaga como la pólvora, siempre que haya animales y especies susceptibles”, explicó Uhart. “El desplazamiento de los animales propaga el virus a nuevas áreas”.

Los científicos aún investigan cómo esos pinnípedos contrajeron la influenza aviar, pero lo más probable es que se deba al contacto con aves marinas infectadas, dijo Uhart. La alta mortalidad ha afectado constantemente a los mamíferos marinos sudamericanos desde que llegó el virus a finales de 2022, y a partir de entonces cientos de miles de aves en Perú y Chile han muerto a causa del virus, señaló.

El virus aún se propaga y fue detectado en la Antártida continental por primera vez en febrero.

La muerte de focas y leones marinos altera los ecosistemas donde los mamíferos marinos sirven como depredadores clave cerca de la cima de la cadena alimentaria. Los pinnípedos ayudan a mantener el equilibrio del océano al evitar la sobrepoblación de las especies de peces de las que se alimentan.

Muchas especies afectadas, como los leones marinos sudamericanos y los elefantes marinos del sur, tienen poblaciones relativamente estables, pero a los científicos les preocupa la posibilidad de que el virus salte a animales más vulnerables. Los científicos han dicho que la influenza aviar podría haber desempeñado un papel en la muerte en Rusia de cientos de focas del Caspio —una especie en peligro de extinción— el año pasado.

“La pérdida de vida silvestre a la escala actual presenta un riesgo sin precedentes de un colapso en la población de vida silvestre, creando una crisis ecológica”, dijo la Organización Mundial de Sanidad Animal, una organización intergubernamental, en un comunicado.

En Nueva Inglaterra, científicos de la Facultad de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad Tufts descubrieron que un brote de influenza aviar que mató a más de 330 focas comunes y focas grises a lo largo de la costa del Atlántico Norte en 2022 resultó ser peor de lo que se pensó inicialmente. Es posible que las focas contrajeran el virus de las gaviotas al entrar en contacto con excrementos de gaviotas enfermas o al alimentarse de aves infectadas, informaron los científicos.

El gobierno de Estados Unidos determinó que la muerte de las focas fue un “evento de mortalidad inusual” atribuible a la influenza aviar. La Administración Nacional del Océano y Atmósfera (NOAA, por sus siglas en inglés) declaró que el evento ha terminado, pero persisten las preocupaciones de que se repita.

“Los mamíferos marinos todavía son bastante singulares en la escala de los brotes que están ocurriendo”, dijo Wendy Puryear, una de las autoras del estudio de Tufts. “Una de las conexiones es que hay muchos virus que circulan entre las aves costeras. Muchas oportunidades para que esas aves silvestres alberguen el virus y lo transmitan a los mamíferos marinos”.

Algunos científicos y defensores del medio ambiente dicen que podría haber un vínculo entre los brotes y el cambio climático y el calentamiento de los océanos. Las temperaturas más altas del mar en el norte de Chile reducen la población de peces que sirven como alimento, y eso hace que los leones marinos se debiliten y sean más susceptibles a las enfermedades, explicó Liesbeth van der Meer, directora del grupo ambientalista Oceana, en Chile.

Los científicos y ambientalistas tienen la esperanza de que vacunar a las aves de corral ayude a disminuir la propagación de la enfermedad, dijo van der Meer, y agregó que también es importante que las personas eviten el contacto con animales potencialmente infectados en la naturaleza.

“Las autoridades han llevado a cabo campañas sobre la enfermedad, y recomiendan enfáticamente mantenerse alejado de aves marinas o mamíferos marinos con síntomas o encontrados muertos en las zonas costeras”, destacó van der Meer.

Incluso las focas de los acuarios no se consideran completamente a salvo de la influenza aviar. El Acuario de Nueva Inglaterra, donde las exhibiciones al aire libre de focas comunes deleitan a miles de visitantes cada año, ha tomado precauciones sanitarias estrictas para prevenir la transmisión del virus a sus animales, dijo Melissa Joblon, directora de salud animal del acuario de Boston.

Al personal no se le permite traer productos de aves de corral al acuario, y un toldo protege la exhibición de focas de aves que podrían portar el virus, agregó.

“Sabemos bien que es un riesgo para los animales que residen aquí”, enfatizó Joblon, y añadió que ninguna de las focas del acuario ha sido infectada.

Las muertes de mamíferos marinos son aún más preocupantes debido a las mutaciones del virus aviar, según un artículo publicado en la revista científica Nature Communications a fines del año pasado. Las mutaciones “justifican un examen más detallado y resaltan la necesidad urgente de una vigilancia local activa para gestionar los brotes y limitar el contagio a otras especies, incluidos los humanos”, afirmó el estudio.

Otro estudio, publicado en la revista científica Emerging Infectious Diseases en febrero, encontró que el virus de la influenza aviar se ha adaptado para propagarse entre aves y mamíferos. Los investigadores encontraron muestras casi idénticas del virus en leones marinos muertos, una foca muerta y un ave marina muerta. Dijeron que el hallazgo es importante porque confirma un brote multiespecie que puede afectar a aves y mamíferos marinos.

Más muertes de pinnípedos podrían alterar ecosistemas críticos en todo el mundo, destacó Lynda Doughty, directora ejecutiva de Mamíferos Marinos de Maine, una organización de rescate de mamíferos marinos que respondió a focas con influenza aviar durante el brote de Nueva Inglaterra.

“Necesitas este ecosistema feliz. Si eliminamos algunas especies importantes, ¿cuál es el efecto de goteo? Esa es la pregunta del millón”, añadió Doughty.

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