Sevilla. –El Athletic de Bilbao se convirtió en campeón de la Supercopa de España luego de venir de atrás y vencer en tiempos extra al Barcelona, con un golazo de Iñaki Williams que liquidó el ímpetu blaugrana en el partido jugado en el estadio La Cartuja de Sevilla. Lionel Messi se fue expulsado al final del partido por una agresión.
A base de golazos y máxima entrega física fue como el Athletic supo anular el fútbol del Barcelona, ya que, desde los primeros minutos, los dirigidos por Marcelino García Toral ejercieron una presión alta que le cerró todos los espacios a los blaugranas, incluso dejándolos sin la posibilidad de rebasar su propio campo.
Sin embargo, el paso de los minutos y el desgaste físico derivado de éste hizo que el Bilbao se replegara, abriendo la posibilidad a que el Barcelona comenzara a pisar al área rival. Y fue al minuto 40 cuando, por conducto de Antoine Griezmann, los de Ronald Koeman se fueron al frente en el marcador al enviar el esférico al fondo de las redes en una jugada con muchos rebotes dentro del área.
Pero más tiempo le tomó a Griezmann festejar que al Athletic para empatar, pues, en la jugada siguiente a la reanudación de las acciones, Óscar de Marcos puso el del empate aprovechando una desconcentración de la defensa blaugrana.
Para la parte complementaria, el Barcelona tuvo mayor soltura, pero su dominio del esférico no lo pudo traducir en aproximaciones al área, sino hasta el minuto 77, cuando Griezmann volvió a adelantar a los suyos definiendo con sutileza una gran escapada por la banda de Jordi Alba.
El tiempo se agotaba el Athletic comenzaba a mostrar signos de desesperación, mientras que Koeman, ya más relajado, mandaba al terreno de juego a Miralem Pjanic y Martin Braithwaite para liquidar las acciones.
No obstante, en el último minuto, Asier Villalibre, que llevaba pocos minutos en el campo, fue el héroe de los de Bilbao para forzar a los tiempos extra, un duro golpe anímico para Messi y compañía.
Ya en los tiempos extra, Iñaki Williams, quien estuvo pelando cada balón cercano todo el partido, tuvo un gran premio a su entrega, pues fue el autor de un golazo que a la postre significó el título para los suyos.
El delantero bilbaíno tomó el esférico en tres cuartos de cancha, se quitó de encima a su rival y conectó un potente disparo de larga distancia que terminó por incrustarse en el ángulo superior derecho de la portería defendida por Ter Stegen. Nada mal para el MVP del partido.
