Son Heung-min, capitán y delantero estrella de la selección de fútbol de Corea del Sur, ingresó a la cancha este jueves en el debut de su país contra Uruguay por el Grupo H del Mundial de Qatar con una máscara negra que cubría la mitad superior de su rostro.
Por BBC
El encuentro terminó en un empate sin goles.
La razón por la que debió usar esa protección es que el 1 de noviembre se fracturó cerca de la cavidad del ojo izquierdo al chocar contra el defensa congoleño Chancel Mbemba en un encuentro entre el Tottenham Hotspur inglés -donde milita el surcoreano- y el Olympique de Marsella por la fase de grupos de la Liga de Campeones de Europa.
Son, de 30 años, fue operado el 4 de noviembre y cinco días después aseguró que estaría listo para jugar el Mundial, aunque algunos dudaban de cómo llegaría porque tenía apenas tres semanas para recuperarse.
“No me perderé esto por nada del mundo. No puedo esperar para representar a nuestro hermoso país”, escribió el futbolista en Instagram.
“Jugar para tu país en la Copa del Mundo es el sueño de tantos niños cuando crecen, como también lo era para mí”, agregó.
Para leer la nota completa, aquí