Tegucigalpa – Durante el transcurso de las 42 semanas del año 2023, los precios de los combustibles en Honduras han experimentado una serie de fluctuaciones que han impactado significativamente en la economía y el día a día de los hondureños.
Desde alzas considerables hasta rebajas temporales, el mercado de los derivados del petróleo ha estado en constante cambio, reflejando la volatilidad de los precios a nivel nacional.
Estas variaciones han marcado el pulso de la vida cotidiana, generando inquietudes y desafíos para los distintos sectores de la sociedad hondureña.
Al considerar los precios del galón de gasolinas superior y regular, se destaca que durante este período se han registrado un total de 26 alzas y 15 rebajas.
Estos cambios han llevado el costo de la gasolina superior de L.101.63 a L.111.22, con extremos que alcanzaron los L.120.78 y los L.93.75 a L.97.59 respectivamente. Por otro lado, el diésel ha experimentado 21 alzas y 20 rebajas, mostrando una dinámica similar en términos de volatilidad de precios.
A lo largo del año, los precios máximos de los combustibles han generado impactos económicos significativos, afectando de manera desigual a diversas regiones del país. Mientras los habitantes de Puerto Cortés y San Pedro Sula se han beneficiado de precios más bajos debido a su proximidad a los puertos de desembarque, aquellos en las zonas más alejadas han enfrentado costos más elevados.
En particular, los residentes de Islas de la Bahía y la región de la Mosquitia han soportado precios más altos, situándose entre los valores más altos de todo Honduras.
En un contexto marcado por estas fluctuaciones, el keroseno, utilizado principalmente en hogares de escasos recursos económicos, ha experimentado un incremento considerable, alcanzando precios máximos de hasta L.104.89 durante la primera semana de febrero.
Sin embargo, se ha anunciado una rebaja en su precio a partir de mañana, con la esperanza de brindar un respiro a las familias hondureñas que dependen de este combustible para sus necesidades diarias.
Estas oscilaciones en los precios de los combustibles han suscitado preocupaciones en diversos sectores, generando interrogantes sobre su impacto en la canasta básica y en la estabilidad económica del país. La incertidumbre en torno a la dinámica del mercado de combustibles ha llevado a un escrutinio más detallado de las políticas y medidas necesarias para mitigar los efectos adversos en la economía y en la vida diaria de los hondureños. Ante estos desafíos, se espera una mayor atención por parte de las autoridades para implementar estrategias que garanticen la estabilidad y el bienestar de la población en el futuro próximo.
