Tegucigalpa – El arzobispo de Tegucigalpa y presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), José Vicente Nácher, lanzó este domingo una contundente crítica contra la hipocresía que se manifiesta especialmente en el ámbito digital, durante su homilía en la catedral San Miguel Arcángel.
«Les aseguro que esos que se las dan de ultra buenos, sobre todo en redes sociales, en verdad esconden cosas vergonzosas», afirmó el jerarca católico, quien agregó que «los santos no necesitan condenar a otros para salvarse, antes bien, suelen tener una profunda conciencia de sus deficiencias y una gran sinceridad para reconocerlas».
Tres injusticias contemporáneas
Durante su mensaje, el religioso reflexionó sobre el pasaje evangélico en el que Jesús pide a quienes estén libres de pecado que lancen la primera piedra contra una mujer acusada de adulterio. A partir de este relato bíblico, monseñor Nácher identificó tres injusticias que, según explicó, seguimos cometiendo en la actualidad:
- Machismo cultural y religioso: «Si hubo pecado de adulterio, ¿por qué solo traen a la mujer? Desgraciadamente, reconozcámoslo, seguimos pecando de un grave machismo cultural y hasta religioso», señaló el arzobispo.
- Utilización de las circunstancias ajenas: «No les preocupa en verdad lo que ocurrió, usan la circunstancia de aquella mujer para comprometer al Maestro. Están desafiando a Jesús. También nosotros muchas veces confrontamos a Dios, aunque sea en silencio», reflexionó.
- Olvido de las propias imperfecciones: «Se erigen a sí mismos en jueces y verdugos. Así nos ocurre a nosotros cuando nos auto exculpamos de responsabilidades, y somos intransigentes con las faltas de los demás», concluyó.
La reconciliación como camino
El arzobispo de Tegucigalpa destacó en su mensaje que el bien supremo, según la carta a los filipenses, es conocer a Cristo Jesús, y la mayor alegría es sentir el poder de su resurrección. «Y para ello, queremos configurarnos con su muerte con la esperanza de alcanzar la resurrección. Configurarnos con Cristo es confiar en el poder y la misericordia de Dios Padre, que destruye la miseria del pecado y da la vida por siempre», explicó.
Para finalizar su homilía, monseñor Nácher señaló que los fieles asisten a misa cada domingo, no para ocultar su realidad de pecadores, sino para sanarla. «Para escuchar: ‘…esta es mi sangre derramada por muchos, para el perdón de los pecados'», puntualizó.
Las palabras del arzobispo han resonado en diversos sectores de la sociedad hondureña, especialmente por su alusión directa a la incoherencia que muchas veces se manifiesta entre lo que se proyecta en las redes sociales y la realidad de la vida privada.