Tegucigalpa – Este viernes, una convocatoria para realizar la «marcha de las antorchas» en Honduras, con el fin de protestar contra la corrupción y exigir la instalación de la Comisión Internacional contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH), se vio frustrada por la intervención de colectivos afines al partido Libertad y Refundación (Libre), liderado por el expresidente Manuel Zelaya Rosales y actual partido de gobierno de la presidenta Xiomara Castro.
La marcha, convocada por la sociedad civil y el movimiento «Una sola voz por Honduras», tenía como punto de encuentro Casa Presidencial a las 5:00 de la tarde. Sin embargo, horas antes, los simpatizantes de Libre llegaron al lugar para intimidar y enfrentar a los manifestantes, lo que provocó enfrentamientos y agresiones.
En videos compartidos en redes sociales, se pueden observar a los colectivos de Libre persiguiendo a los manifestantes del movimiento «Una sola voz por Honduras» mientras se dirigían hacia Casa Presidencial con sus antorchas encendidas. Trágicamente, una mujer resultó herida durante los enfrentamientos.
El presidente del movimiento «Una sola voz por Honduras», Rashid Mejía, denunció haber sido agredido por los colectivos de Libre y expresó su preocupación por el estado de la democracia en el país, afirmando que han perdido la confianza en el sistema.
Los colectivos de Libre son grupos de partidarios del oficialismo que organizan actividades de apoyo al partido. Sin embargo, su participación en protestas y manifestaciones ha sido motivo de controversia, ya que han sido acusados en diversas ocasiones de ejercer violencia contra los opositores políticos.
Estas acciones han afectado negativamente la reputación del partido Libre, que ha perdido apoyo de la población y ha sido objeto de críticas por parte de la sociedad civil y otros sectores. La violencia y la intimidación no son formas adecuadas de ejercer la política y solo contribuyen a aumentar la polarización y la inestabilidad en el país.
Es crucial que se respete el derecho a la libre manifestación pacífica y que se fomente un diálogo constructivo entre todas las fuerzas políticas y sociales para abordar los problemas que enfrenta Honduras, incluyendo la corrupción, de manera transparente y democrática. Solo a través de la colaboración y el respeto mutuo se podrá avanzar hacia un futuro más justo y próspero para todos los hondureños.