Científicos de la Universidad de Florida detectaron que la adaptación a los nuevos niveles, amenaza a las especies autóctonas al alterar sus comportamientos.
Por Infobae
El desarrollo humano y el cambio de uso de la tierra, la introducción de especies exóticas, la sobreexplotación y la contaminación representan actualmente los principales impulsores de la crisis mundial de la biodiversidad.
Uno de los ejemplos es la rata de arroz plateada, una especie en peligro de extinción endémica de los Cayos de Florida, EEUU, que tiene su hogar lo más cerca posible de la costa para acceder fácilmente a su dieta de especies marinas durante la marea baja.
En este mismo sentido, acaba de publicarse en la revista Biodiversity and Conservation una nueva investigación que da cuenta de los sucesos en torno al hábitat de este roedor.
Es esta proximidad al agua lo que llevó a un equipo de científicos de la Universidad de Florida a examinar el movimiento de las ratas en correlación con los datos históricos de mareas durante 17 años. El nivel del mar subió 0,142 metros entre 2004 y 2021, y los investigadores también encontraron que los roedores se trasladaron a terrenos más altos. De hecho, se desplazaron a un ritmo ligeramente mayor que el aumento observado en el nivel del mar.
“Esperábamos que cambiaran su camino ladera arriba, pero fue sorprendente que el cambio en el rango de elevación fuera tan claro y más de lo que esperábamos del aumento del nivel del mar -explicó Paul Taillie, el autor principal, quien completó el estudio como investigador postdoctoral en el laboratorio de Robert McCleery, profesor de ecología en el Departamento de Conservación de Vida Silvestre y Ecología de la Universidad de Florida-. Parte de esto podría deberse a que el aumento del nivel del mar cambia año tras año. Pero también, en medio de las observaciones, ocurrió el huracán Irma en 2017, que facilitó un aumento de las especies costeras”.
Taillie, ahora profesor asistente de geografía en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, explicó que él y McCleery comenzaron a trabajar con ratas de arroz en 2019 después de que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. (USFWS) se preocupara por el estado de las especies en peligro de extinción después del huracán Irma.
“Todavía no tenemos la información de a dónde van las ratas durante los huracanes, pero sabemos que estuvieron presentes después del huracán Irma -afirmó Taillie-. Pueden trepar a los árboles y esperar a que amaine la marejada ciclónica, y luego volver a bajar y reconstruir sus nidos. También pueden nadar”.