Barcelona. – Desde hace mucho, un empate no le sabía tanto a derrota al Barcelona. Los dirigidos por el neerlandés Ronald Koeman desaprovechan una gran oportunidad de meterse de lleno en la lucha por LaLiga luego de empatar contra el Cádiz en el Camp Nou (1-1).
Nuevamente, el villano fue Lenglet, quien cometió un penalti sobre Sobrino al 88′ que supuso el empate visitante, aunque los azulgranas no fueron capaces de aumentar la ventaja tras el gol de Messi (también desde los 11 pasos), al 32′.
La visita del Cádiz era propicia para olvidar (si es posible algo así) la derrota del PSG y centrarse en LaLiga, pero una vez más la falta de definición azulgrana le penalizó.
Los gaditanos, como el equipo más goleado de LaLiga, se atrincheraron desde el inicio sobre el área de Ledesma con una línea de cuatro y otra de cinco dejando solo a Negredo en punta.
Koeman sacó el mismo 11 que salió goleado por Mbappé y compañía el pasado martes. No era un escarmiento, es que este debería ser el 11 titular en condiciones normales (con Sergi Roberto en el lateral derecho) pero las lesiones le han impedido tener continuidad.
Este tipo de partidos son algo habituales para el Barça. Cuando un equipo se encierra en el Camp Nou como hizo el Cádiz suele perder en el 99 por ciento de las ocasiones. Era un encuentro para que Dembélé, Pedri o el propio Messi lo rompieran con regates que derribaran las líneas cadistas.
Y el partido se rompió a la media hora. Robo de Jordi Alba, el balón llega a Pedri y penalti de Iza. Messi no falló y marcó su primer gol al Cádiz, que pasa a ser el club número 38 al que marca el argentino en Liga.
El Cádiz, que apenas había pasado del medio del campo hasta el 1-0, tuvo opción de empatar un minuto después. Centro de Salvi que despejó Piqué en corto y el balón le llegó a Sobrino que no se lo esperaba y no pudo dirigir su remate forzado hacía la portería de Ter Stegen.
Fue un espejismo porque en la primera mitad sólo hubo un equipo pese al corto marcador con que se llegó al descanso. 13 llegadas, dos goles anulados por fuera de juego, pero el Cádiz seguía en el partido.
Era de esperar que el Cádiz adelantara líneas tras la reanudación. Y así fue. Fali tuvo una ocasión en una jugada a balón parado que quedó anulada por falta previa de Garrido. En los cinco primeros minutos ya habían pisado el campo contrario más veces que en toda la primera parte. Pero el partido seguía siendo un monólogo del Barcelona.
Al cuarto de hora Cervera hizo un triple cambio y sacó a Lozano, Alex y José Mari. El partido seguía abierto porque Ledesma salvó el 2-0 a un remate desde muy cerca de Griezmann.
Koeman estaba de los nervios viendo como los suyos perdonaban una y otra vez el gol que sentenciara un partido que cada vez estaba más descontrolado y el Cádiz más suelto sobre el campo. Dembélé también tuvo una clara, pero remató demasiado cruzado… Salieron Braithwaite y Pjanic para dar el relevo a Griezmann y Busquets.
A falta de un cuarto de hora salió Trincao por Pedri, por lo que se acabó la conexión del canario con Messi, lo que mejor estaba funcionando. También salió Riqui Puig, que tuvo el 2-0 en un remate ajustado al palo.
En los últimos minutos el Cádiz se quitó el corsé y descuidó la defensa buscando una acción aislada o un fallo rival para intentar el empate. No consiguieron inquietar a Ter Stegen y parecía que se iban a ir de vacío cuando una inocente acción de Lenglet ante Sobrino les puso en bandeja el empate.
Penalti absurdo y gol de Alex Fernández para un Cádiz que ni se creía que iba a sumar un punto ante el Barcelona. Que son cuatro si sumamos la ida. Los cinco minutos de añadido se les hicieron eternos al Cádiz, pero no pasaron apuros.
El Barcelona tiene este miércoles ante el Elche otro partido parecido a este. Koeman deberá leerles la cartilla para que evitar que se repita algo así si quieren intentar lucha por LaLiga.