Si lo primero que haces cuando abres los ojos por la mañana es desbloquear el teléfono para ver el tiempo, apagar la alarma o revisar tus notificaciones desplazando tu dedo por una pantalla interminable de manera pasiva, estás haciendo daño a tu cerebro.
Por Infobae
El hábito es tan dañino que ya tiene nombre en el mundo de la salud, doomscrolling, y provoca que nuestro cerebro se distraiga más y quiera consumir contenidos aún más triviales o poco estimulantes.
Es muy probable que uno comience la jornada pensando: “Sólo voy a mirar la temperatura, algún chat de WhatsApp y después voy a continuar con el día”, pero lo cierto es que esos “cinco minutos” que uno cree que va a destinar a mirar el celular se transforman en 15, 20, 30 minutos o más.
El término, que combina doom (condena)y scrolling (desplazarse), define el hábito de pasar largos periodos de tiempo navegando por internet, especialmente en redes sociales.
Así lo explica la neurocientífica estadounidense Emily McDonald para el medio de televisión francés TFI: “Cada vez que navegamos o actualizamos nuestras noticias, vemos contenido nuevo, desafiante e impredecible y, al igual que una máquina tragamonedas en el casino, la imprevisibilidad del resultado gratificante nos proporciona mucha dopamina”.
Esta falsa sensación de dopamina nos hace entrar en un círculo vicioso de estímulos que se puede comparar con comer azúcar: luego siempre queremos comer aún más.
McDonald agrega que el contenido que se consulta por las mañanas tiene un mayor impacto en el cerebro porque se encuentra “en un estado más sugestivo”.
Reducción de la concentración
Un estudio realizado por Samsung ha demostrado que el doomscrolling también reduce nuestra capacidad de concentración. En 20 años, nuestra predisposición a permanecer atentos ha pasado de 12 a 8 segundos.
Este ciclo perpetuo no solo promueve el consumo de contenido, sino que también está vinculado a un aumento en los niveles de frustración y agotamiento mental.
Además, la tecnología nos brinda la capacidad de estar informados todo el tiempo, con un bombardeo de datos y sucesos que nuestro cerebro no es capaz de procesar del todo. A esto se suma que las noticias son, en muchos casos, negativas.
“Cuando las noticias son particularmente negativas o provocan emociones fuertes, puede resultar especialmente tentador mantenerse al día con lo que sucede”, dice Fatmata Kamara, enfermera especialista en salud mental, a Cosmopolitan UK.
Investigadores han demostrado que el doomscrolling tiene un efecto sobre la salud mental, sumiendo a los usuarios en un estado de ansiedad, depresión o aislamiento: “Tu cuerpo está inundado de cortisol, la hormona del estrés, que te prepara para luchar contra la amenaza percibida (las noticias), lo que te hace más propenso a experimentar cambios de humor”, agrega Kamara.
Los expertos recomiendan que no se debe consultar el teléfono ni las redes nada más despertarse, pero además aconsejan desactivar las notificaciones que están “diseñadas para desencadenar una relación estímulo-respuesta en nuestro cerebro donde el estímulo (la notificación) conduce directamente a la respuesta a Consultar las redes sociales sin pensarlo dos veces”.