Tegucigalpa – En medio de un clima de alta expectación judicial, Lícida Zelaya compareció este lunes para defender la inocencia de su esposo y sus compañeros militares, acusados por el Ministerio Público de homicidio y lesiones graves.
Su intervención puso de manifiesto las tensiones existentes entre los poderes del Estado en torno a este caso histórico.
«Queremos que haya justicia, pero sabemos que el verdadero culpable está escondido detrás de sesgos políticos», declaró Zelaya, quien aprovechó para criticar lo que considera interferencias en el proceso judicial.
Su preocupación se centró especialmente en las presuntas presiones sobre el sistema judicial, haciendo un llamado directo a la independencia de poderes.
La defensa sostiene que el caso presenta debilidades significativas, especialmente en lo referente a las pruebas científicas. Según Zelaya, hasta el momento no se ha podido determinar con certeza quién disparó contra Isis Obed Murillo, lo que plantea dudas sobre la solidez de las acusaciones.
En un momento particularmente crítico de su intervención, Zelaya expresó su preocupación por lo que describe como intentos de control institucional: «Estamos en un régimen que quiere controlar todas las instituciones del Estado y hay que tener cuidado», advirtió, mientras manifestaba su confianza en que el juez mantendrá su imparcialidad a pesar de las presiones.
El caso, que revive uno de los episodios más controvertidos de la historia reciente de Honduras, continúa su curso judicial mientras la sociedad hondureña observa atentamente cómo se desarrolla este proceso que podría sentar precedentes sobre la responsabilidad militar en acontecimientos políticos del pasado.