«La implementación de políticas restrictivas en materia de migrantes y refugiados puede frustrar en algunos casos una valiosa oportunidad para impulsar la productividad, al tiempo que desplaza la carga de la congestión a otras zonas», indica el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un adelanto de su Informe de Perspectivas Económicas Globales.
Por DW
El capítulo examina cómo las políticas de una economía para gestionar la afluencia legal de migrantes y refugiados pueden repercutir en otras economías de destino, tránsito y origen.
Políticas más restrictivas en una jurisdicción que disuadan el 20 % de los flujos pueden aumentar la afluencia hacia otras en un 10 % en cinco años y la producción en una economía promedio que recibe esas entradas adicionales puede incrementar un 0,2 % en el mismo horizonte temporal, según sus conclusiones.
Los efectos en la productividad pueden ser mayores si las habilidades de los migrantes y refugiados complementan las de los nativos.
«En las economías de mercados emergentes y en desarrollo, los beneficios derivados de una mejor integración de los refugiados pueden ser particularmente elevados», recalca la organización macroeconómica.
Su informe ve necesarias medidas para aliviar la presión sobre los servicios e infraestructuras locales, priorizando la inversión pública productiva y el desarrollo del sector privado. La cooperación internacional se considera que también puede ayudar a distribuir de manera más equitativa los costos a corto plazo que supone acoger flujos de entrada grandes e inesperados.
Según sus cálculos, la población mundial de migrantes legales y refugiados llegó en 2024 a los 304 millones, el 3,7 % de la población de todo el planeta y casi el doble de la cifra de 1995.
Uno de cada seis eran refugiados o solicitantes de asilo y cerca del 40 % de los migrantes y del 75 % de los refugiados residen actualmente en economías emergentes y en desarrollo.
El impacto económico acumulativo a corto y medio plazo es una modesta reducción del producto interior bruto (PIB) en las economías de destino que aplican restricciones, con un pequeño impulso a la producción en otros lugares debido al aumento de su oferta laboral.
El FMI recalca que los migrantes tienen generalmente más movilidad geográfica que los nativos, lo que les permite ser más reactivos a los cambios en el mercado, y junto con los refugiados suelen ser más jóvenes, por lo que pueden generar ganancias económicas que superen los costos fiscales.
Aunque los refugiados tienen a menudo dificultades para incorporarse al mercado laboral o hallar oportunidades a la altura de sus capacidades, si se integran adecuadamente los beneficios de sus contribuciones se consideran mayores, sobre todo a largo plazo.
La organización admite que las políticas sobre migrantes y refugiados se han convertido en una parte fundamental de las políticas públicas en el contexto de una perspectiva de crecimiento «anémica y presiones demográficas crecientes».
El impacto sobre la inflación de la llegada de esas personas es complejo, según el FMI: su presencia puede aumentar la oferta laboral, presionando a la baja salarios e inflación, pero también estimular la demanda de bienes y servicios y ejercer una presión al alza sobre los precios a corto plazo si la oferta de estos es inelástica.
El Informe de Perspectivas Económicas Globales se publicará completo en el marco de las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial (BM), que se celebrarán del 21 al 26 de abril en Washington DC, donde está la sede de ambas instituciones.